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Los bolsillos cosidos del duque de Palma

Rosa Belmonte, Emilia Landaluce y Carlos Pérez Gimeno comentan la actualidad social en Es la mañana.

Rosa Belmonte, Emilia Landaluce y Carlos Pérez Gimeno comentan la actualidad social en Es la mañana.
Iñaki Urdangarín | Cordon Press

Algunas personas quieren ser famosas a toda costa, y en el caso de Corinna parece que era cuestión de tiempo: lo ha hecho con un posado en toda regla con el que deja de ser una de las mujeres más buscadas por los reporteros gráficos de los últimos años. El Mundo muestra dos imágenes de la “consultora internacional” (tres lecturas de la entrevista y todavía estoy intentando saber de qué) muy estudiadas. La primera, la de la portada. Sentada sobre algo blando (podría ser una cama), apostando por la socorrida y elegante camisa blanca impoluta de fondo de armario y tres joyas: pendientes, pequeño colgante y reloj imponente. Y en la mano, gafas negras de pasta. Que la edad no perdona y ella es lectora. En páginas interiores, Corinna adopta pose de modelo (o de Victoria Beckham, o de Mario Vaquerizo) y viste un traje gris de chaqueta propio de Alicia Florrick en The Good Wife. Toda una working girl.  

Aunque escasas, las declaraciones de “su alteza serenísima” (dice Ana Romero en El Mundo que puede usar el título) son impactantes. Y eso que se declara “discreta y leal”. Se defiende diciendo que nunca cobró nada por sus gestiones para Urdangarín, que sólo intentó buscarle un empleo “compatible con su posición” (que no su capacitación) e incluso se lamenta de que ha perdido uno de sus “mejores y más antiguos clientes” por culpa de este escándalo. Y lo más fuerte: que ha realizado “trabajos importantes para el Gobierno español en el marco de la política exterior siempre que las autoridades relevantes se lo pidieron” pero que “nunca ha cobrado de ellos en Madrid”. Moncloa debería estar aclarando ahora mismo de qué habla. Porque lo de la “entrañable amistad” con el Rey al lado de esto es una broma.  

La exclusiva de la amiga entrañable se publica sólo unas horas después de que la Casa del Rey, sin comunicado que quede escrito, sino “a través de sus fuentes”, haya anunciado a través de la agencia EFE que Juan Carlos no se ha planteado la posibilidad de abdicar ni tiene previsto hacerlo. Y el día después de la declaración de García Revenga e Iñaki Urdangarín en Palma. Muy llamativo, por cierto, el gesto repetido varias veces por el duque de llevarse las manos a los bolsillos durante el paseíllo de entrada y salida, para darse cuenta de que los llevaba cosidos. Tremenda broma, quizá de un sastre real. Y para los que hablan de separación de los duques de Palma: al menos, física no, porque la infanta Cristina estaba esperando a su marido el sábado por la noche en el aeropuerto para llevarle de vuelta a casa.

La separación de Carmen Martínez Bordiú y José Campos promete titulares impactantes. De momento, parece que lo anunciado por Kiko Matamoros la semana pasada en Sálvame podría ser verdad: Campos estaría exigiendo dinero a la nietísima a cambio de quedarse  callado. Algo que habría llevado a Martínez Bordiú a presentar una demanda por amenazas contra su todavía marido. Él ya pasó por las páginas del ¡Hola!, y todo apunta a que está negociando su aparición en un programa de televisión.

Al menos hay alguien contento: la duquesa de Alba. Cayetana ha hecho realidad uno de sus sueños, y ya tiene en su Palacio de Dueñas un gallinero en el que va a criar aves procedentes de todo el mundo. Dicen que ha sido el propio Alfonso Diez el que lo ha construido, para contentar, una vez más, a su esposa.

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