Semana importante esta para la Casa Real, si finalmente Diego Torres decide declarar esta vez cuando se le ha pedido. Está citado el próximo sábado, y se supone que llevará los ciento y pico correos electrónicos que dice tener, y con los que va amenazando con cuentagotas a Urdangarín y todos los que se han cruzado en la vida del duque. Mientras, la infanta Cristina pasea junto a su suegra, Claire Liebaert, por las inmediaciones de su, todavía, residencia, el Palacete de Pedralbes. La mitad del chalé ha sido incluido en la relación de propiedades presentada ante el juez por Iñaki Urdangarín para hacer efectivo el embargo de sus bienes, y así de paso evitar que el magistrado ordene que sea Hacienda la que busque. Según dijo Paloma García Pelayo en El Programa de Ana Rosa, entre los famosos correos de Torres figuran algunos que sitúan al Conde de Fontao de lleno en la trama, además de otros con "contenido sexual". Se supone que algo más que el famoso em...Palma...do. Por si acaso, la pareja se ha ido de cena a uno de los restaurantes más caros de Barcelona.
Lo de Carmen Martínez Bordiú con Luis Miguel Rodríguez, el creador de Desguaces La Torre, sigue sin confirmarse. El suplemento LOC publicaba este sábado el desmentido rotundo del chatarrero, el primero que dice algo en toda esta historia. "Es absolutamente falso que tenga un relación sentimental con Carmen. No tenemos nada que ver". Algo sí tienen que ver, aunque sólo sea el gusto por el polvo del camino, porque sí es seguro que ambos han coincidido en El Rocío, y que allí hay testigos de que se han entendido perfectamente. Otra cosa es hasta dónde han llegado. Otros medios sin embargo afirman que no se acaban de conocer, y que incluso el empresario ha viajado con la nietísima en su helicóptero particular hace solo unos días. Lo único cierto es que Martínez Bordiú y su todavía marido José Campos siempre han presumido de tener una relación abierta.
Y comentaremos también las noticias que ha dejado el fin de semana: el enfrentamiento entre las dos rubias más famosas de la televisión, Belén Esteban y Miriam Sánchez, el nacimiento del tercer hijo de José Ortega Cano, y la posibilidad de que Sara Carbonero deje su trabajo para quitarse de en medio un tiempo, como escribe Beatriz Cortázar en ABC. Quizá sería suficiente con que dejase de hablar de fútbol. La prueba de que va como una moto es que acaba de ser multada por exceso de velocidad. La culpa, según ella, de los paparazzi.