El cantante Francisco, juzgado este miércoles en Alicante acusado de estafa, ha asegurado que no tuvo intención de engañar al empresario inmobiliario Andrés Ballester en la compra hace nueve años de un Maseratti valorado en unos 80.000 euros, ya que ha asegurado que la crisis en ese sector le impidió cumplir con el compromiso de pago acordado, consistente en abonar el vehículo con cargo a las comisiones que iba a percibir por mediar en la venta de viviendas del constructor.
Así, ha defendido su inocencia y ha apuntado que "la crisis inmobiliaria" le impidió cumplir con este compromiso de pago acordado de forma verbal "entre caballeros". "Entre caballeros quedamos en que me quedaba con el coche a cambio de las comisiones por la venta de las viviendas", ha explicado en su declaración ante la sala, para reconocer acto seguido que "no lo necesitaba" pero se lo quedó porque le gustan los deportivos "como a todos los hombres".
Acompañado de su abogado, el artista ha entrado a la Audiencia a las 10:00 horas de este miércoles sin detenerse ante los numerosos medios de comunicación que le esperaban. El fiscal ha mantenido tras el juicio una petición de tres años y medio de cárcel, que la acusación particular eleva a cinco, mientras que la defensa reclama la libre absolución.