Esta vez, Aída Nízar ha sido condenada por el juez a pagar 1.000 euros debido a una falta de orden público.
El suceso tuvo lugar, según Las Provincias, el pasado 4 de julio, en el polígono industrial de Carrús, en Elche. Nízar estaba inmersa en la grabación de uno de sus reportajes para Sálvese quien pueda, de Telecinco, y se negó a identificarse ante la Policía tras el requerimiento de unos agentes.
Nízar incurrió, según el juez, en una falta de desobediencia leve y una falta de respeto a los funcionarios de la autoridad, al no querer identificarse y además lanzar expresiones con la intención de "lesionar su dignidad".