Sergio Ramos ya tiene biografía/hagiografía. El propio futbolista ha sido el encargado de presentar este lunes el libro que recoge anécdotas de su vida (que no "su" libro, como titulan algunos, ya que su autor es Enrique Ortego). En Sergio Ramos: corazón, carácter y pasión (Ed. Everest), podemos conocer las andanzas del sevillano desde su niñez hasta hoy, pero solo en el terreno deportivo: nada sobre sus muchos escarceos amorosos. Acompañándole en la presentación estaba la plana mayor del Real Madrid, encabezada por el presidente Florentino Pérez. Íker Casillas, Cristiano Ronaldo, Sami Kedhira o el cantaor José Mercé, uno de sus grandes amigos, no han querido perderse el evento, en el que, sin duda, la gran ausente ha sido Pilar Rubio, su, en principio, todavía novia, que habrá preferido no eclipsar al astro con su presencia. Tampoco José Mourinho, pero la lectura de esa ausencia es para la sección de Deportes.
Kate Middleton reduce su actividad al mínimo. Según portavoces del Palacio de Saint James, la agenda de la duquesa ha sido cancelada hasta nuevo aviso, y la de su marido queda abierta, de forma que irá suspendiendo actos según se encuentre su mujer. Lo que sí parece que no quiere perderse Catalina es el estreno mundial de El Hobbit el próximo miércoles, en la que sería su primera aparición anunciada tras salir de la clínica. Respecto al desafortunado incidente de la enfermera fallecida, el propio Cameron ha terciado en la polémica y ha pedido a todo el mundo que reflexione sobre los sucedido.
La Reina podría haber elegido un burro para adornar su felicitación navideña oficial. Gran amante de los animales, incluidos los burros, doña Sofía podría estar pensando usar la imagen de uno en la foto con la que felicita las fiestas a los españoles. Lo que no se sabe de momento es si aparecería el asno solo, si ella estaría en la instantánea, si es un photoshop como el que nos plantaron hace unos años y que dejó mutilados a algunos de sus nietos, o, lo más importante: si el Rey podría posar con el borrico. Algo improbable, debido al cachondeo que podría provocar la imagen en un momento tan delicado como el que atraviesa la Institución. Eso sí: cualquier cosa mejor que un paisaje nevado desde el interior del Palacio de la Zarzuela.