Iñaki Urdangarín se siente acorralado, tanto en lo judicial como en lo personal. El matrimonio de los duques de Palma, que por fin ha iniciado la mudanza de Pedralbes, cuenta los días hasta el juicio por la masiva estafa del caso Nóos, el mayor vuelco en la Familia Real en toda su historia reciente.
Prueba de esa presión es lo que ocurrió ayer. El propio duque de Palma salió anoche a pasear a su perro y acabó huyendo de los periodistas que le pedían alguna clase de declaración.
Esta semana, el juez impuso una fianza de 8,2 millones de euros al duque de Palma y su socio en el instituto Noos, Diego Torres.
Urdangarín, en vez de contestar, optó por correr. No es la primera vez que huye de los reporteros, pero sí la primera en la que llevaba a su mascota. La presencia del perro obligó al duque a subirse al coche que llegó en su ayuda unos instantes después de verse "acorralado", pero esta vez por la prensa.