Cena privada del Rey con Margallo... sin doña Sofía
Aunque la Reina participará en la cumbre iberoamericana, Su Majestad cenó -sin ella- con el ministro Margallo en el histórico restaurante El Faro.
El Rey aterrizó en Cádiz un día antes de que arrancara la cumbre Iberoamericana, y aprovechó para reservar en uno de sus restaurantes favoritos de la ciudad, al que acude desde hace años: El Faro. La Zarzuela hizo la reserva a última hora, pasadas las ocho de la tarde, para un grupo muy reducido, de media docena de personas. Como viene siendo lo habitual en los últimos meses, el monarca no fue acompañado por su cónyuge (que sí participará en el foro), sino que compartió mantel con el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.
La ausencia de doña Sofía no quitó el apetito al Rey. Según pudo saber Chic, don Juan Carlos sigue disfrutando de la buena mesa. De primero, picoteó junto a su reducido grupo de comensales -además del ministro, únicamente estaba su equipo más próximo- jamón de la tierra, tortillitas de camarones y el típico y delicioso aliñao de patata que el monarca ya había degustado en más de otra ocasión. De segundo, evitó un plato pesado y se decantó por un lenguado con guarnición de verduras que comió de buen grado. Todo, acompañado del mejor vino de las bodegas de El Faro.
El momento más emotivo llegó al final de la velada, pasadas ya las dos horas y cerca de las doce de la noche. Entonces, la gerente del restaurante, Maite Córdoba, hizo a llamar a los trabajadores de la casa para que todos se hicieran junto al Rey una foto de familia que pronto colgarán en uno de los salones del mítico local.
Algunos de esos empleados después comentaron a Chic cómo encontraron a don Juan Carlos: "Le hemos visto tocadito, la verdad. Estaba tocado", resumió uno de ellos, destacando que el Rey andaba con cierta dificultad y daba muestras de molestias. Otro, sin embargo, añadió que le vio "mejor que en la televisión", de acuerdo a una persona con edad avanzada. Todos coincidieron en que estaba "muy bien de la cabeza".
En el restaurante, en una de sus estancias privadas, también estuvo cenando la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. El Rey la saludó una vez fue informado, si bien no compartieron mesa -lo harán este viernes, en el transcurso de la cena de gala por la cumbre-. Don Juan Carlos cenó en su mesa habitual, en el salón general y a la vista del resto de comensales, muchos de los cuales se acercaron a saludarle.
En El Faro destacaron con orgullo que el Rey preguntó con familiaridad sobre los propietarios, ya que "aquí ha venido mucho". Restaron importancia a que doña Sofía no le hubiera acompañado, lo que ya había ocurrido otras veces. Una de las cosas que más gusta al monarca, dicen, es que le traten "como en casa" más allá "de lo que dicen los de Protocolo".
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