La princesa Mary de Dinamarca vive uno de sus momentos más difíciles. La esposa del príncipe Federico acudió hace unos días al entierro de su ayuda de cámara, Tina Jørgensen, que falleció la semana pasada con tan sólo 53 años. Se trataba de una de sus colaboradoras más cercanas durante los últimos ocho años, con la que había labrado una gran amistad.
Por eso, la princesa apareció profundamente afectada durante la ceremonia y posterior entierro de su colaboradora en la Iglesia de Vinderød, en Frederiksværk, al norte de Copenhague. Fue una ceremonia multitudinaria en la que se reunieron más de 200 personas, y la primera ocasión en la que se veía llorar en público a la princesa Mary.
"La princesa está profundamente entristecida y afectada por la muerte de Tina. Durante estos años ha sido un gran apoyo para todos y era muy querida no sólo porque era leal y competente, sino también por su buen humor. Así que es una noticia muy, muy triste", aseguró Lene Balleby, portavoz de la Casa Real.
Después de los duros momentos vividos, la princesa tuvo que continuar con su agenda oficial y partir a Mozambique para cumplir con los compromisos adquiridos con la ONU.