En el año 2007, la infanta Elena y su entonces marido, Jaime de Marichalar, decidieron acabar con sus años de convivencia. El reparto de bienes obligó a constituir Global Cinoscéfalos, una empresa en la que inicialmente se pensaba cargar los gastos de dicho proceso. La propiedad de dicha empresa, creada en el mes de julio, fue traspasada a la infanta en noviembre de ese mismo año. Ella era y es la única administradora de la sociedad, propietaria al cien por cien de su capital, fijado en 3.600 euros. Los hombres de confianza de la infanta, Calos y Javier García Revenga, asumieron los cargos de administrador único y apoderado, respectivamente.
Tal y como explica Cinco Días, la Casa Real defendió el pleno derecho de la Infanta a hacerlo y argumentó que la intención de la creación de Global Cinoscéfalos era materia íntima, personal y privada de la infanta. También señalaron que a los pocos días de publicarse la noticia, que la propia Infanta Elena había decidido liquidar y disolver la empresa.
No obstante, los movimientos de Hacienda lo desmienten. El portavoz de la Casa Real, Javier Ayuso, reconoció que la sociedad "nunca se liquidó" y que se trata de un error. "Los abogados de la infanta Elena dieron por hecho que el departamento jurídico de la Casa Real se encargaría de los trámites legales pertinentes para proceder a la liquidación formal, legal y efectiva de la compañía, y este departamento pensó que quienes se encargarían de hacerlo eran los asesores legales de la infanta Elena. Pero nadie lo hizo".
Este hecho ha motivado que las obligaciones con Hacienda de Global Cinoscéfalos se comenzaran a acumular, y que la Agencia Tributaria haya puesto en marcha el mecanismo de búsqueda de los responsables de la empresa. Cinco años ha estado Hacienda buscando a la infanta Elena, propietaria de la misma, para que cumpliera su deber como ciudadana, sin recibir respuesta alguna. "Y no porque no quisiera atender sus obligaciones fiscales, sino porque todo, aparentemente, había quedado resuelto y cerrado en 2007", explica Ayuso.
El pasado 24 de julio la Agencia Tributaria publicó una resolución en la que se daba a los interesados veinte días hábiles para presentarse en Hacienda a pagar, o recurrir. Pasado el plazo y si no se producen comparecencias, se produciría el embargo. En total, sobre Global Cinoscéfalos pesan seis requerimientos de Hacienda: tres por 120 euros cada uno, y otros tres por 50 euros. Tal y como reconoció Javier Ayuso, "por lo que hemos podido averiguar hasta ahora, la mayor parte se debe a que la empresa no ha remitido información sobre sus cuentas y su actividad".
Ayuso promete que ahora que se ha "identificado" la deuda, la Casa Real se ha puesto "en contacto con la Agencia Tributaria para abonar lo que se debe. Y ahora sí, solucionaremos el error, con lo que Global Cinoscéfalos se liquidará definitivamente".