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Las muchas incoherencias de la declaración de Pantoja

La tonadillera ha incurrido durante su declaración en el juicio en una serie de incoherencias respecto a su verdadera historia con Julián Muñoz.

Isabel Pantoja, en los juzgados | Cordon Press

La prensa rosa, y entre ellas la revista Lecturas, en un reportaje firmado por Laura Jurado, desgranan las posibles mentiras de esa declaración.

Para empezar, es importante el hecho de que Pantoja no permitiera que la interrogasen ni el fiscal anticorrupción ni la acusación, ni el resto de las defensas del juicio por blanqueo de capitales. Al haber sido interrogada tan solo por su abogado, las afirmaciones de Pantoja no pudieron ser cuestionadas por el fiscal.

Fue una maniobra sorprendente y contradictoria con su versión hasta ese momento, que era defender su inocencia. La tonadillera quiso responder sólo a las preguntas de su abogado, José Ángel Galán, que resultó ser un cuestionario diseñado para que la cantante diera su versión de los hechos, y que contradice hechos constatados en su relación con el exalcalde.

Muñoz reconoció a la revista Lecturas, en una entrevista del año 2009, que Pantoja decidió vivir con él "con todas las consecuencias" y conociendo sus "circunstancias". Ya durante su relación sentimental, Muñoz estaba implicado en varios procesos judiciales como el caso Banana Beach.

Pantoja aseguró en su declaración que era ella la que le pagó el sueldo y la que le dio trabajo. Pero en ese momento la tonadillera tuvo que pedir dos millones al banco para poder reunificar sus deudas, y cerrar el restaurante Cantora tras haber invertido en él todos sus ahorros, por ruina. Ella alega que pese a ello tenía ingresos de galas, un libro de cocina, alguna exclusiva periodística y, también, su negocio de hostelería.

En julio de 203 Pantoja se trasladó a Marbella a un lujoso chalet en la urbanización de La Pera. Bautizada como "Mi Gitana", se pagó por el 3,3 millones de euros a través de una hipoteca que aún no ha sido liquidada. Pese a no tener fondos, según ella, Isabel Pantoja cerraba las tiendas para poder hacer compras, y compraba modelos de los mejores diseñadores.

La casa fue amueblada en los mejores anticuarios de la ciudad. Y a esos gastos se suman la compra de un estudio de grabación de 60.000 euros, obras en Cantora, la remodelación de su restaurante...

En este momento, en sus cuentas se inyectaron 1,2 millones de euros de origen injustificado. Los ingresos se hicieron de 3.000 en 3.000 euros en días consecutivos... justo al día siguiente de que Maite Zaldívar, la ex de Muñoz, abandonase el hogar conyugal.

Según Lecturas, para el juez es extremadamente importante situar el inicio de la relación, ya que podría indicar desde qué momento Julián Muñoz pudo empezar a desviar dinero a la cantante para su blanqueo. Una cuestión difícil de dilucidar dado que el exalcalde no se separó de Zaldívar hasta abril de 2003.

Es más o menos la misma fecha indicada por Pantoja. Pero existen numerosas informaciones que sitúan el comienzo del romance en la segunda mitad de 2012, algo que corroboró Muñoz en sus últimas entrevistas.

En agosto de 2002 el exalcalde promovió la contratación de Pantoja para un concierto en la ciudad de Marbella, y tuvo la idea de convertirla en imagen principal de la ciudad. Entonces, Pantoja y Muñoz ya se conocían, pese a que en sus citas todavía les acompañaban sus respectivas parejas.

La cantante dijo en el juicio que conoció a Muñoz en una cena a la que le invitó Beatriz de Orleans en Marbella, y a la que fue con Diego Gómez. Pero según la revista, fue mucho antes de conocer a Gómez, con el que estuvo entre el 99 y 2003, cuando Pantoja tuvo su primer encuentro con Julián Muñoz.

Habría que retrotraerse a los noventa, cuando acompañando a Encarna Sánchez la cantante se reunió en el despacho de Juan Antonio Roca con Muñoz. Al encuentro también asistió Jesús Gil. El objetivo era comprar La Gaviota, la casa de la periodista por la que se acabarían enfrentando ambas.

Además, se sabe que una de las primeras llamadas recibidas por Julián Muñoz en el fin de año de 2003 fue la de Isabel Pantoja. La tonadillera quería felicitarle. Por lo que resulta lógico admitir que a esas alturas ya habría habido encuentros previos.

Tal y como reconoció Muñoz en una entrevista a Lecturas, ambos hablaban todos los días por teléfono, e incluso también con Maite Zaldívar, con la que Pantoja entabló cierta amistad. El exalcalde llegó a anular un viaje a Venecia con su esposa por asistir a una invitación de la cantante. Aquella noche, y pese a acudir con su mujer, ya le regaló una pequeña joya a la artista.

  • "Julián participó en la compra del inmueble, me refiero al de La Pera, no al de Guadalpín"

Cuando fue detenida en 2007, Pantoja declaró que Julián había participado en la compra del hotel Guadalpín. Pero ahora dice que eso fue un malentendido, y que "como todos los acusados, estuve una noche en el calabozo sin hablar con mi abogado. En mi declaración hubo una confusión fatal. Cuando digo que Julián participó en la compra del inmueble, me refiero al de la casa de La Pera".

Eso significa que los 330.000 euros del inmueble los pagó ella misma con dinero de la casa. Pero la investigación asegura que en aquel momento tenía números rojos y sólo 15 euros en la sociedad con la que adquirió esa propiedad. La fiscal pretende demostrar que ese apartamento fue la comisión que Julián Muñoz se cobró por la gestión de levantar la orden de paralización en las obras de Guadalpín, y conceder la licencia de ocupación.

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