La Casa Real belga demanda al escritor que destapó sus escándalos

La Casa Real belga informó de que ha presentado una demanda ante el Consejo de Deontología Periodística del país contra el periodista Fréderic Deborsu, autor de un polémico libro que narra detalles íntimos de varios miembros de la familia. El Palacio Real belga considera que Deborsu puede haber cometido infracciones deontológicas en su obra, según explicó en un breve comunicado.

El Consejo de Deontología, un órgano de autorregulación de la prensa creado en 2009, deberá ahora analizar la queja y dar su opinión sobre el caso. El organismo, no obstante, sólo tiene capacidad para emitir una crítica profesional al periodista si considera que ha incumplido con los códigos de ética periodística, pero no puede imponer ningún tipo de sanción.

Deborsu y su obra Question(s) royale(s)" (Cuestión(es) real(es)) han generado una fuerte polémica en Bélgica, que incluso ha llevado a la radiotelevisión pública RTBF a apartar de antena al periodista durante un mes.

El libro ahonda en aspectos privados de la familia real belga, incluidas las supuestas presiones que ejerció para que el príncipe Felipe se casara en 1999 con Mathilde d'Udekem d'Acoz, así como la "intensa relación de amistad" del heredero con otro hombre, la supuesta intención de Alberto II de abdicar a mediados de 2013 o las infidelidades de la reina Paola.

A estos rumores ya conocidos en Bélgica se suman otros como el supuesto cáncer de piel que afectaría al rey, los "problemas con el dinero" de la familia real o numerosos escándalos protagonizados por el príncipe Lorenzo, el tercer hijo de los reyes de los belgas.

Deborsu, que presentó su libro el pasado 23 de octubre, señaló que su obra pretende ser "una aproximación precisa y exhaustiva a las personas que componen la familia real, basada en testimonios de su entorno".

El autor es periodista de la radiotelevisión pública francófona RTBF desde hace dos décadas y escribió el libro durante un periodo de excedencia laboral sin remuneración. También lamentó que el libro haya sido "mal comprendido" debido a las filtraciones y afirmó que su objetivo no era "atacar a la monarquía" ni "hacer un relato de los 'affaires' sexuales" de los miembros de la familia real, en alusión a algunos de los fragmentos publicados.

Esos extractos publicados en algunos medios belgas ya fueron calificados en ese momento de "totalmente erróneos e injuriosos" por la Casa Real belga.