La revista Vanity Fair ha entrevistado a Mariló Montero tras la polémica que suscitó por alertar de las consecuencias que puede tener para el alma recibir un órgano de un asesino.
"No está científicamente comprobado, pero nunca se sabe si ese alma está trasplantado también en ese órgano", fue la frase causante del revuelo. En declaraciones a Vanity Fair, la presentadora de Las mañanas de la 1, explicó que "cuando aconteció el suicidio (de Juan Carlos Alfaro) me pilló con un grupo de amigos y surgió este debate. Me pareció interesante trasladar esta pregunta al público. Algunas personas, no todas y así lo he remarcado, confiesan que tras sufrir una operación de trasplante han visto cómo cambiaba su grupo sanguíneo o sus gustos musicales y literarios".
La periodista defiende su derecho a opinar. Creo que tengo derecho como periodista a preguntar sobre este asunto. "No fue una afirmación, no lo he afirmado en ningún momento. Planteé una pregunta, que creo que como periodista no está fuera de lugar. Mucha gente que vio el cierre ha podido constatar que estaba contextualizado".
"Me ha llamado muchísima gente que me ha dicho que se hacen la misma pregunta, pero quizá debía haber dejado esta cuestión para mi blog y no para el programa", dice.