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El desprecio a Elena: con Rubalcaba y lejos del palco

En el desfile de la Fiesta Nacional ha llamado la atención la lejanía de la infanta Elena respecto a los demás miembros de la Familia Real. 

La infanta Elena no ha acompañado este año a los Reyes y los príncipes en la tribuna en la que presiden el desfile por la Fiesta Nacional, como sí hizo el año pasado, cuando además acudieron los duques de Palma que este año se han ausentado de la celebración. De esta manera, en la tribuna presidencial sólo han estado los Reyes, los Príncipes, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los miembros de su Ejecutivo, del que sólo se ha ausentado el ministro de Economía, Luis de Guindos, que se encuentra de viaje de trabajo en Tokyo.

La infanta Elena ha seguido la parada militar en una tribuna situada a la derecha de la presidencial, en la que estaban autoridades del Estado. La hija mayor de los Reyes se ha sentado junto al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, que tenía a su lado también al portavoz parlamentario del PP en el Congreso, Alfonso Alonso.

El desprestigio de la Familia Real debido a los recientes escándalos del Rey y Urdangarín llevó a muchos españoles a cuestionarse la labor de la Casa Real. La institución reaccionó apartando al matrimonio de Urdangarín y Cristina de Borbón y acelerando la apretada agenda oficial del monarca, en una decisión discutida en tanto que marginaba la labor de los príncipes de Asturias en favor del Rey.

La remozada web de la Casa Real marcó las pautas oficiales: apartar a las infantas y centrar su atención en el Rey, el príncipe Felipe y también la infanta Leonor, tres generaciones –decía la página web- unidas por un objetivo común.

Esta decisión de apartar a los duques de Palma de la agenda oficial de la familia real estaba justificada para atajar el descontento hacia Zarzuela, pero ha habido un daño colateral inesperado: la infanta Elena, que en el desfile de hoy aparecía apartada y lejos del grupo central formado por los Reyes y los príncipes, sin llegar siquiera a hacer el paseo ante las personalidades y quedando también ausente del palco de personalidades oficiales y de la recepción. 

No obstante, la propia Elena ha declarado en el corrillo con periodistas que ha tenido lugar tras la recepción del Palacio Real, tal y como recogen varios medios de comunicación, que "este momento tenía que llegar", restando importancia a lo sucedido.

El escándalo no la salpica a ella pero sí a su hermana menor, Cristina de Borbón, esposa de Urdangarín, que de momento no figura como imputada, pero hay sospechas de que conocía las actividades de su marido y el tren de vida de la pareja, ha repercutido en su nivel de aceptación social. La infanta permanece alejada de la agenda oficial de Zarzuela por tiempo indefinido y no participa en ningún acto oficial desde el 12 de octubre pasado, cuando acompañó junto a su marido al resto de la Familia Real en la celebración de la Fiesta Nacional. Y qué decir del duque de Palma, que ha pasado a ser de los personajes más odiados del país debido al fraude de millones de euros del caso Nóos.

Pero el caso de la infanta Elena, mucho más discreta y alejada de conflictos con la Justicia, llama la atención. No ha estado en el palco oficial junto a la familia, en el que sí estaban ministros como Pedro Morenés, sino sentada junto a la oposición liderada por Rubalcaba, lo que arroja dudas sobre el respeto al protocolo en el desfile de este año.  

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