Fernando Sánchez Dragó escribe en El Mundo su experiencia durante el nacimiento de su cuarto hijo, el pasado domingo 16 de septiembre. "Mientras José Tomás se encerraba con seis toros en el anfiteatro de Nimes, nació mi cuarto y último hijo. Hubiera preferido que lo hiciese en octubre apara ser Libra, como su padre".
"Mi mujer se empeñó en que naciera en casa, con comadrona y sin ginecólogo ni medicalización alguna". Precisamente ejerció tal función Ayanta Barilli, hija del escritor y directora de los programas Es Amor y Es Sexo en esRadio.
Tal y como relata Dragó, "todo salió bien, aunque la casa se llenó de enseres y de mujeres: seis llegué a contar, incluyendo a la parturienta y excluyendo a mi gata Damisela, que no perdió un ripio". Una vez reaccionó, explica Dragó, puso "manos a la obra", y "encaré como José Tomás el hoyo de las agujas, seguí minuto a minuto el parto de frente y por derecho durante muchas horas, toqué la cabecita del niño en cuanto la tapa del cráneo apareció en el extremo de la vagina y corté su cordón umbilical con un puñalillo".
Tal y como relata orgulloso, el niño "tira a japonés: nariz chata, ojos rasgados." Un parto del cual también hay vídeo: "Noriko, una amiga suya, japonesa, lo filmó todo: un largometraje, más bien un serial." El niño, por cierto, "se llamará Akela, como el lobo jefe de la manada de Seoonee que acogió a Mowgli."
Dragó acaba su texto en El Mundo de manera evocadora. "Era yo reticente a la llegada de un nuevo hijo. ¡A mi edad!, me decía... Ya no lo soy, ya no lo digo. La vida es plenitud hasta el mismo instante en que se acaba. Todo ha sido emocionante. Estoy muy contento y no quiero ocultarlo, sino proclamarlo, a riesgo de que los lectores piensen que chocheo y que no sea el lobo tan feroz como lo pinto".