Después de la inesperada sesión fotográfica a la que le sometieron los paparazzi en Las Vegas, y tras la previsible bronca de la Casa Real, el príncipe Harry ha corregido su tendencia al disparate nocturno y reaparecido ante los flashes para cumplir sus obligaciones oficiales.
Quizá para tratar de anular las posibles críticas ante la operación de lavado de imagen, el príncipe ha elegido para su reaparición un acto benéfico con niños enfermos, a los que el miembro de la Casa Real profesó todo su sincero afecto. Harry se mostró alegre y cercano con los pequeños, que devolvieron todos sus gestos en una ceremonia amable y afectuosa.
Finalmente, situaciones como la planteada por Alex Logan, un niño de seis años y enfermo de leucemia, no llegaron a producirse. El pequeño había asegurado con total naturalidad que cuando viera al príncipe le diría: "Harry, me alegro de que vayas vestido".
Cuando el pequeño se acercó al hijo de Diana de Gales, éste le hizo una negativa con el dedo, advirtiéndole de que no mencionara el incidente. Finalmente, y tras ser "amenazado" con una regañina, el pequeño Alex aceptó someterse al protocolo... Pero no solo eso: el acto transcurrió con algún que otro guiño a la audiencia por parte del príncipe.
Durante su discurso, Harry aseguró que la labor de la organización WellChild era tan admirable que era dificil describirla con palabras. Y añadió: "Como nunca he sido tímido a la hora de ofrecerme, lo intentaré". Un gesto de complicidad que fue acompañado de risas y aplausos.
Además, el hijo de Carlos de Inglaterra y la desaparecida Diana de Gales también fue visto al día siguiente animando al equipo británico en los Juegos Paralímpicos que se están celebrando en Londres durante estos días.