La presentadora de televisión Sonia Ferrer ha sido elegida como imagen de un conocido método de adelgazamiento, aunque a ella no le haga ninguna falta porque no le sobra ni un solo kilo. En el transcurso de la presentación comentó que le gusta cuidar la alimentación, aparte de practicar algo de deporte.
A lo largo de la conversación, Sonia hizo un pequeño balance de la relación que mantiene con Álvaro Muñoz–Escassi. "Llevamos casi un año juntos, y hemos tenido una crisis como tantas parejas, pero afortunadamente, lo hemos superado", aclaró.
Según Sonia, en la actualidad están muy bien, y los problemas que tuvieron los han superado. Confesó que confía plenamente en su novio, a pesar de su fama de conquistador, aunque reconoció que una infidelidad no podría perdonarla.
Todo apunta a que la pareja vive el momento y ninguno de los dos se plantea nada a corto plazo. Por un lado, Sonia Ferrer todavía tiene que resolver muchos problemas con el que fuera su marido, el cirujano plástico Marco Vriacella, ya que están pendientes del juicio por su divorcio y por la custodia de la pequeña Laura, la hija que tuvieron durante el tiempo que duró su matrimonio. Los dos han solicitado la custodia de la niña y no se ponen de acuerdo. "Lo más importante es mi hija, y hay que esperar lo que dictamine la justicia", confesó.
Sonia y Álvaro se conocieron en un programa de televisión, donde los dos competían en saltos de trampolín. Según explicó la propia Sonia, la chispa surgió una vez terminada la competición, cuando quedaban todos los concursantes para tomar una copa.
Tal hecho fue el detonante para que el matrimonio, que según Ferrer iba de mal en peor, llegara a su fin. Está siendo un divorcio difícil, ya que ninguno de los dos se pone de acuerdo para solucionarlo de la manera más civilizada posible.