Hoy no escriben nuestros poetas fijos. Tan severa ha sido su resaca carnavalera que nos hemos visto obligados a recurrir a dos talentos recién llegados desde el continente africano: el bereber Farik Yusuf y el congoleño Sambo Nfuá.
¿Por qué ellos? Son los únicos que han aceptado nuestras tarifas. En España hay mucho señorito.
VINTE CON ANA PASTOR
por Farik Yusuf
Quirido Sambo, mi amigo,
sin papeles en Ispania,
cumpaniero en tierra istrania,
vinte, moreno, cunmigo.
¿Tú sabe lo qui te digo?
Qui en Ispania lo mijor
para istar como un sinior
(con buena cama y cumida)
es el sentro de acogida
de casa de Ana Pastor.
Vinte, Sambo, para acá,
que Ana Pastor es un sielo,
y en casa, con el pañuelo
(por respeto) siempre va.
¡Ay, qué bindisión de Alá!
¡Es una mujer tan buena
qui parese una agarena!
Si vienes, Sambo, te enchufo.
¡De servesa y de jalufo
tiene la nevera llena!
En el salón prinsipal
la cumunidad chiita
ha instalado su misquita,
y en un rincón del portal
venden pruductos halal.
Hay dos tiendas de beduinos,
una harca de argelinos,
una familia que es turca,
dos afganas con su burka
y catorse marroquinos.
Hay antena parabólica,
y la gente siempre mira
la cadena de Al Yazira...
y se pone melancólica.
Y aunque Isabel la Católica
nos desterró de Granada,
ahora, cumo si nada,
a Al Ándalus rigrisamos
y de aquí ya no nos vamos
purque Ispania nos agrada.
ME VOY CON LA VALENCIANO
por Sambo Nfuá
Ve con Ana, musulmano.
Por mi parte, no me opongo,
pero yo, que soy del Congo,
voy de Erasmus africano
donde Elena Valenciano:
¡Cómo alaban en mi aldea
su famosa verborrea,
tan melódica y tan suave!
Quien la letra no se sabe,
por lo menos, tararea.
¿Ves, Yusuf, lo que te digo?
Los que mandan en Marruecos,
aunque moros, se hacen suecos:
¿Les importa, acaso, un higo
lo que pasa allí contigo?
No hay talante más humano
que el de Elena Valenciano:
Solidaria como pocos,
va sorbiéndose los mocos
por lo bestia que es Mariano.
Ante espinas tan letales,
¡qué suspiros exhalaba!
¡Cómo llora a moco y baba,
nuestra angélica rubiales,
por sus tiernos lagrimales!
Bien ha visto lo que pasa,
y, africano que traspasa
las malditas alambradas...
se presenta, en dos patadas,
a las puertas de su casa.
Ella, a todos nos acoge.
¡No hay persona menos pija!
Quien con ella se cobija,
que de hinojos se le hinoje,
para que ella le despioje.
Una cosa me preocupa:
¿Y si, estando yo de okupa
de su casa y de su sopa...
va y se larga para Europa?
¡Caso trágico de aúpa!
No caigamos en la crítica:
¡la Península está llena
de personas como Elena!
Su postura es monolítica
en la cúpula política:
frente al facha, que es racista,
¡gente buena y altruista
que dará por mí la vida!
(Todos son de Izquierda Unida
y el Partido Socialista).