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Rosa Belmonte

Mirren de honor

Hellen Mirren se quejó en los Bafta de la cantidad de muertas de ficción en la producción británica.

Antes de recibir el Bafta de honor de manos de su ‘nieto’, el príncipe Guillermo, Helen Mirren había cargado en el Observer contra la gran cantidad de mujeres muertas en la televisión británica. En la ficción, se entiende. Se unía a las quejas del escritor David Hare (autor de la trilogía de Worricker) sobre la naturaleza sangrienta de la mayoría de dramas televisivos en su país. Las muertas son en su mayoría mujeres jóvenes. Notición. Echaba la culpa también Hare a la nórdica Bron/Broen. En cuanto a las británicas, están Silent Witness, Lewis, Whitechapel, Ripper Street, What Remains y The Fall (que aquí ha estrenado AXN con el título de ‘La caza’). Si te vas a True Detective tampoco es que la asesinada con los cuernos sea un señor o una señora mayor.

¿Pero de verdad eso es una sorpresa? No que salgan mujeres muertas, que maten a mujeres y eso salga en la tele. Si no se reflejara sí habría mucho de falsedad. Otra cosa es que Helen Mirren diga que quiere volver a la televisión en una serie que evite tramas violentas. Porque ella, como madre de todas las detectives, ya ha tenido bastante con la crudeza de Principal Sospechoso. Cada vez hay más detectives mujeres, en la ficción y en la vida, pero no parece que haya más mujeres muertas que antes, solo hay más series que antes para sacarlas. Las asesinadas y violadas, así como género, (casi) siempre han sido mujeres. Como son mujeres las azafatas, las limpiadoras, las modistas o las putas. Claro que hay hombres, pero el monopolio es de las damas. Lamentablemente, también lo tenemos como víctimas. Un negociado, por otro lado, en el que no tenemos mucho interés por destacar. Supongo que no hace falta dar nombres de desaparecidas y asesinadas.

Tiene razón Helen Mirren por quejarse, pero porque haya tantas series con tramas de mujeres asesinadas, no porque las víctimas sean de sexo femenino. Es lo que hay fuera de la tele.

Dame Helen Mirren, que ya tenía cuatro Baftas, un Oscar, tres Globos de Oro y cuatro Emmys, recibió su Bafta de honor como antes lo habían recibido Elizabeth Taylor, Anthony Hopkins, Judi Dench, Vanessa Redgrave o Martin Scorsese. Lo recibió del príncipe Guillermo. Vaya, como aquí en los Goya. Aunque seguramente sea por eso que cuenta Fiorella Faltoyano en sus memorias. En la primera ceremonia de los Goya en 1987 consiguieron que fueran los Reyes. Y les pusieron ‘La aldea maldita’, de Florián Rey. La muda. Como para volver. Sí, ya sé que el Príncipe volvió. Pero estaba Aitana Sánchez-Gijón a su lado.

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