La Casa de Su Majestad el Rey confirma que nuestro colaborador Fray Josepho ha aceptado el ofrecimiento –que le ha hecho personalmente el Monarca– de ser a partir de ahora el poeta oficial de la Familia Real. Ejercerá, en la terminología tradicional de la Corona, como poeta de cámara.
El nombramiento nos llena de orgullo y satisfacción a todos los que hacemos este periódico. Fray Josepho ha sido durante diez años un excelente colaborador. Entiendan que son momentos emotivos para toda la redacción de Libertad Digital. Y también, por qué no decirlo, es un éxito de esta empresa que uno de sus más destacados puntales haya sido llamado a misiones más altas. Nos congratulamos de ello, aunque con un punto de tristeza, porque sabemos que le va a ser muy difícil, desde su nueva tarea, seguir con sus colaboraciones en nuestro periódico.
Afortunadamente, contamos con Monsieur de Sans-Foy, que, una vez se sobreponga al comprensible ataque de cuernos, sabrá reemplazar (que no sustituir en nuestros corazones) a nuestro entrañable fraile.
Los poemas de ambos vates en la Contro Versia de hoy, tal vez la última, son una verdadera catarata de emociones desbordadas.
POETA DE CÁMARA, POR FIN
por Fray Josepho
Ser Poeta de Cámara en Palacio.
Qué honor. Qué gran honor. Qué orgullo inmenso.
Mis críticas se quedan en suspenso
y con la Monarquía me congracio.
Si ayer estuve díscolo y reacio
(me muero de rubor cuando lo pienso),
desde mañana todo será incienso,
con el soneto de hoy como prefacio.
¡Mi corazón de nervios se me esponja
en glóbulos de halago y de lisonja!
¡Me gusta ser poeta-chambelán!
¡A todos! ¡Quiero a todos retratarlos!
¡Y el lunes (con su venia, Don Juan Carlos)
le escribiré una oda a Don Froilán!
¡QUÉ ESTROPICIO!
por Monsieur de Sans-Foy
¿Fray Josepho servirá a la Monarquía?
¡Qué estropicio!, ¡qué ocurrencia!, ¡qué osadía!
Rasputín... pero en poeta y en peor.
Él, que ha sido embaucador de suripantas,
¿va a ejercer de preceptor de las infantas?
¡Paquirrín es más didáctico y mejor!
Me sorprende que la Reina lo consienta.
¡Cuando sepa los ambientes que frecuenta,
se nos puede estontonar del patatús!
¿Va a ocuparse de los ocios del Monarca?
Don Juan Carlos se entretiene con el Marca
y otro vicio que le queda: Candy Crush.
A Froilán, no vas a hablarle de poética:
si se pirra por la cosa cinegética,
le tendrás que acompañar, de ojeador.
¡Un faisán se te ha posado en la cabeza!
¡No te muevas! ¡La escopeta de Su Alteza!
...Y el poeta va al encuentro del Señor.