Después de las desafortunadas declaraciones de Kiko Rivera el pasado fin de semana en el programa Sálvame de Luxe, en las que habló de su hermana Chabelita y el novio de ésta, la guerra familiar en el clan Pantoja es un hecho.
Aparte de pasar por taquilla y embolsarse un buen dinero, parece mentira que tenga que ir a contar los problemas familiares.Mucho más normal hubiera sido que los intentaran solucionar los problemas a puerta cerrada, pero ya es tarde por todo lo que ha trascendido. Ignoro lo que habrá pensado su madre, Isabel Pantoja, pero si nos guiamos por la lógica, le habrá tenido que sentar como un tiro.
Francisco Rivera no ha tenido ningún problema en afirmar que el tal Alberto Isla no le gusta ni un pelo, y está convencido de que a su hermana no le va a hacer feliz, entre otras muchas cosas por lo mujeriego que es. El muchacho no tiene ni oficio ni beneficio, pero su carrera como padre desde luego es imparable, ya que con solo 18 años, lo va a ser por segunda vez.
Con ese panorama, las fiestas navideñas no van a ser tan felices y entrañables como se esperaba, ya que Kiko se encargó de cacarear la bronca tan grande que tuvieron madre e hija.
A pesar de la polémica, la única que hasta el día de hoy no ha despegado la boca es la protagonista de la historia, que tan solo se limita a hacer grandes declaraciones de amor a su novio y a dedicarle canciones a través de las redes sociales. Las razones del de ese silencio de momento son un enigma, y cabe la posibilidad de que haya una exclusiva pactada y cerrada, o que simplemente no quiera hacer comentario alguno hasta después del alumbramiento, que por cierto, ya está en el sexto mes de gestación.
El caso es que a Isabel Pantoja todo lo que le rodea desde hace mucho tiempo son problemas, y no sería de extrañar que la palabra tranquilidad sea desconocida para la artista. Una historia que no ha hecho nada más que empezar.