Grande pasmo y mayor asombro ha de causar el tema de esta ControVersia, pues nuestros vates, en lugar de desfacerse en elogios a Nelson Mandela o alabar los simposios tramposios de la Generalidad, se han arrancado por el más pelma de los géneros poéticos: el bucólico-pastoril.
Trocados en Josicio y Sanfoyoso, dirigen sendas églogas a sus respectivas (e imaginarias) enamoradas. Eso sí: cada uno, a la del otro.
Témanse lo peor.
A CLORIS
por Sanfoyoso
¡Oh, ninfa que en las frondas
acechas la llegada del deshielo,
y en las azules ondas
del frío riachuelo
te bañas, refrescándote el majuelo!
Antaño, sin camisa,
nadabas bullanguera y seductora.
Lo que antes era risa
son lágrimas agora...
que todo es venga llora que te llora.
¡Qué triste estampa ofreces,
balando cual oveja lastimera!
Y bien que lo mereces...
por tonta y majadera:
por irte a enamorar de un calavera.
Tú, pródiga en amores
con todo el Panteón grecorromano:
con faunos, con pastores
y aquel flautista enano...
¿te vienes a encoñar de un cisterciano?
Tu madre, que es tan sabia,
tan puta y, además, de lengua pronta,
repítelo con rabia:
-¡Resígnate y afronta
que es cierto lo que dicen: que eres tonta!
¿Qué enturbia tu pupila,
que no desenmascara a mi colega?
¡Despierta y espabila,
chiquilla... que estás ciega!
¿No ves que tu Josicio te la pega?
Josicio es puro vicio:
un chulo y un macarra de primera.
¡Su vida es el fornicio!
Se encama con cualquiera...
aquí y de esotra parte, en la ribera.
He escrito a Su Eminencia,
poniéndole en detalles del desmadre.
¿No tiene ni conciencia
ni perro que le ladre?
¡Verás, cuando se entere el Santo Padre...!
A FILIS
por Josicio
¡Oh Filis, Filis pura, Filis bella!
¡Oh tierna crïatura de los sotos!
¡Oh ninfa virginal de estos parajes!
Como, por fraile, tengo firmes votos,
segura está tu gala de doncella.
Aquiétate: non fagas más visajes
ni te descalandrajes,
y atiende al fecho empírico
de que soy un satírico:
no un sátiro, ni un fauno lujurioso.
Non quiero, de verdad, facerte acoso,
como ese que te face tan acerbo
el turbio Sanfoyoso,
maléfico, diabólico y protervo.
Descansa ya. Reposa bien segura.
Si estás conmigo, Filis, nunca temas
del torpe Sanfoyoso ningún crimen
peor (pues crimen son) que sus poemas.
Y con "peor" sugiero la rotura
(vergüenza he de nombrallo) de tu himen.
Si notas que te oprimen
las sus manos infames,
forzoso es que me llames:
que a tu llamada, Filis, presto acudo
y, sin mediar palabra, le sacudo
tan recio como pueda con mi báculo
al Sanfoyoso rudo.
¡Verás, divina Filis, qué espectáculo!
Pero si por ventura sucediere
que non llegara a mí tu voz armónica,
por váyase a saber qué circunstancia
(o porque tú estuvieres algo afónica
o porque yo cantara el miserere,
o porque sea luenga la distancia),
no importa. Ten constancia,
¡oh Filis, ninfa pura!,
de que en la coyuntura
tu virgo aguantará como un valiente.
Pues este Sanfoyoso claramente
(y cata que al decillo me sonrojo)
es... algo inconsistente.
Pa que me entiendas, Filis: pichiflojo.