Tanga por aquí, tanga por allá, ligas por doquier y culitos respingones. ¿Dónde queda la inteligencia y el saber estar? Bien, belleza sobra. Pero esos dos dedos de frente que se deben tener, a Pe le faltan. Intentó jugar a ser directora de cortometrajes y resultado fue nefasto, pues parecía más el trabajo de un estudiante de 3º de Publicidad. ¡Qué mal gusto y qué pocas ideas!
Jugando con el nombre de la marca de lencería de lujo Agent Provocateur, la creativa Pe –que le ha dado por experimentar- transforma a ese actorucho de Sin Tetas no hay Paraíso en un agente. Llega a una mansión con una actitud entre perdido y orgulloso de sí mismo por ser tan guapo, y pasa a observar a mujeres vestidas con conjuntos de la marca francesa –todas, con imagen de fulanas de lujo- en suspenso y bastante impresionado. Por supuesto, no podía faltar su hermana, su queridísima Mó. A la pobre, la enchufa ahí donde puede.
Tres segundos se le dedica a la hermana. Claro, como esto va de familia, Bardem, cual obrero barriobajero, tiene su trozo del pastel. Resulta que todos esos minutos de cortometraje corresponden a un sueño. ¡Vaya forma tan original de terminar un "relato" audiovisual! ¡Nunca en la Historia del cine, de la publicidad y todo ese mundillo mediático se ha visto una historia interrumpida por el despertar a causa de tu jefe, tu madre o un despertador!
Resulta que todo aquello que Miguel Ángel Silvestre disfrutó, con una importante intervención de Irina Shayk, no era más que un sueño. ¡Qué barbaridad! Si es que Pe es genial. Por cierto, ¿saben que es lo único bueno del corto ahora que la mencioné? Irina. Lo único que te divierte al menos la vista, porque lo demás no vale un comino.
Esto me ha hecho reflexionar sobre la filosofía de la prostitución que tiene Penélope Cruz en la vida. La lencería de Agent Provocateur es una propuesta cara, de mucha calidad, pero que hay que tener cuidado en cómo y con qué se pone y en qué cuerpo se manifiesta. Es decir, es una ropa tan sumamente insinuante –también absolutamente fina y agradable al tacto- que con una pizca de vulgaridad podría implicar que una pareciera lo que no es –o sí, quién sabe…-. Aunque ya saben eso que se dice de monja de día y en la noche una… señorita apasionante y apasionada. ¿Suena mejor, no? Pues bien. Penélope y el equipo que ha colaborado en este corto para la marca de lujo no han sabido vender mejor el concepto de la imagen.
Penélope que, como mujer, me parece guapa, y que, como actriz, me parece pasable, la veo, con bastante frecuencia, encorsetada en el mismo rol. Veo poco cine, lo admito; pero una de las últimas películas en las que la he visto aparecer fue en A Roma con amor de Woody Allen. ¿De qué hacía? De prostituta barata. La primera película que marca un antes y un después en su carrera como actriz, Jamón Jamón, ¿qué papel interpretaba nuestra Pe? De adolescente salida, hija de otra prostituta. ¿Qué le pasa?, ¿que solo encaja en papeles similares? Que me perdonen los peneló-filos pero es que a lo mejor hay más roles que ha hecho y probablemente se me escapan. En Elegy, por citar otra, hace de una mujer enchochada de su profesor de arte que la triplica la edad, prácticamente, y que además está casado. Sí, y ya lo he admitido: bella y relativamente buena actriz –según por dónde mirar y con qué comparar-. Pero ese corto es una porquería. Si se buscaba hacer unos buenos fichajes para dar a conocer algo más la marca en España, se ha conseguido. Pero es que no se puede tener la mente tan contaminada y la creatividad tan primitiva, Pe.