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La diputada Patricia Hernández ¿confundida o mentirosa?

Hernández es experta en ocultar su curriculum y su sueldo.

Patricia Martínez y Carmen Chacón | Efe

Patricia Hernandez, diputada socialista en el Congreso por Canarias es, a pesar de su juventud, toda una especialista en sembrar la confusión, despistar al contrario y llevárselo crudo a costa del contribuyente. A Hernández -elegida senadora antes de cumplir los 25 años- le gusta disfrazarse con ropa de mercadillo y hacerse pasar por una joven "hippiosa" cualquiera preocupada por la justicia social, pero le pagamos entre todos un sueldo de notario desde hace una década.

En una reciente entrevista al periódico de cabecera de la izquierda patria, Hernández respondió la pregunta de "¿cuánto le paga a usted el Congreso?" diciendo la cifra que le quedaba mensualmente para su bolsillo después de impuestos, y de que el partido se llevase la mordida legal y habitual que le pega sus cargos electos, pero se negó a revelar su sueldo bruto –el que nos dicen a usted y a mí cuando nos contratan, vaya-. En esa misma entrevista, al responder a la pregunta de "¿ha trabajado usted en una actividad distinta de la política?" Hernández volvió a confundir deliberadamente al lector cacareando que había tenido muchos trabajos fuera de la política, tales como "poner pilas a juguetes en unos grandes almacenes" o  "dar a probar mermeladas en un supermercado". No tengo nada en contra de quienes trabajan haciendo promociones en grandes superficies, pero todos sabemos que estos fugaces empleos no duran más de unos pocos de días.  O sea que la política socialista  no nos miente...del todo.

Efectivamente, ha tenido muchos trabajos fuera de la política; de media tarde de duración cada uno. Tampoco aclaró nunca en qué año y a qué edad acabó su diplomatura de tres cursos.

Confundido y bastante mosca por sus deliberadamente confusas respuestas en esta entrevista, me puse en contacto con la diputada y le hice con claridad las siguientes dos preguntas: (1) "¿qué porcentaje de los días que ha cotizado usted a la seguridad social lo ha hecho fuera de la política?" y (2) "¿en qué fecha obtuvo usted su diplomatura universitaria?" Como bien imaginan, a pesar de mi insistencia, Hernández nunca me contestó.

La traca final de la cadena de mentiras -o medias verdades- de la socialista Patricia Hernandez en esta entrevista llegó cuando el entrevistador le pregunto cómo había logrado ser senadora a los 24 años. A tal cuestión Hernández respondió diciendo que "fue por democracia pura. Había que votar a un hombre y a una mujer al partido en Tenerife (…) y sorprendentemente salí elegida". Como todo el mundo sabe, en España no hay navajeos dentro de los partidos a la hora de configurar las listas de las elecciones. Si una joven de 24 años quiere ser senadora no tiene más que presentarse, que le voten y ganar. Así de simple. Tan solo recordar que el decano y "gran capo" de los senadores socialistas canarios es  Casimiro Curbelo. Curbelo, quien acumula un patrimonio de 26 inmuebles cuyo origen aún no ha podido explicar, se hizo famoso en 2011 al negarse a ser detenido por la policia tras "armarla" en una sauna relax de Madrid -al grito de "no saben quién soy yo " -. Lo crean o no, en federaciones socialistas donde mandan caciques como Curbelo, mozuelas bienintencionadas como Patricia llegan a senadoras de manera transparente y cristalina.

Imaginamos que la parte donde Hernández narraba cómo el ratoncito Perez le ayudaba a escribir su discurso mientras los pajaritos de la Cenicienta le cosían el vestido de su toma de posesión, no lo ha pusieron por falta de espacio. Mientras tanto, los contribuyentes no sólo tenemos que mantener a cuerpo de rey a personajes de la calaña de Hernández, encima tenemos que aguantar que nos tomen el pelo. Carmen Chacón, ejemplo perfecto de chica yé-yé del Zapaterismo, ha creado escuela.

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