Magdalena Álvarez –Maleni- ha saltado de nuevo a la luz pública con motivo de su imputación por el caso de los ERE en Andalucía. Ya era hora. El principio del fin de Maleni, quien durante años sembró el terror entre sus colaboradores de la Junta de Andalucía primero y en el Gobierno central después, parece haber llegado. Las reacciones coléricas y el despotismo de la política socialista atemorizaban con razón a todo aquel que trabajase en su entorno. Todavía se recuerda en el Ministerio de Fomento que un día ocupó esta imputada de habla torpe y modales toscos, la celeridad con la que fulminaba –ojos inyectados en sangre mediante- a todo aquel que se negase a complacerla. Hablamos de mediados de la pasada década, cuando no había quien osase a contradecir en público a la titular de un Ministerio con más de 40.000 millones de euros de presupuesto al año.
Maleni realizó en Julio de 2005 un viaje por Asia de carácter semipúblico rodeada de un enorme sequito de funcionarios, "agradaores", y empresarios varios, caracterizados por depender del BOE y de Fomento para su prosperidad. En aquel viaje, Maleni no se rascó el bolsillo ni una vez. La semana que pasó "de trabajo" los españoles sufragamos los cuantiosos gastos propios de alguien con un morro tan fino y una boca tan zafia como Maleni. La ministra invitaba sin reparo a los más caros restaurantes de Pekín a todo español que le riese la gracia al grito de " ¡venirse venirse, que paga el Ministerio!" . Aunque para gritos zafios, los que la susodicha le profería sin tapujos a la entonces subsecretaria de Fomento, María Encarnación "Conchi" Vivancos (ex Agencia Tributaria). Todavía recuerdan en el estadio de Pekín los alaridos en forma de "Conchiiiiiiiii" que Maleni, vulgar y déspota, repetía sin parar. Maleni alcanzo el éxtasis de felicidad cuando en ese viaje visitó a uno de los más reputados sastres de Pekin para hacerse, según ella explicó entre copa y copa, cincuenta trajes a medida –que para eso pagaba el Ministerio-.
Maleni es una mujer de gustos caros: restaurantes y sobre todo viajes. Probablemente la juez Alaya debería preguntar a Maleni por la segunda parte del viaje a Asia de la ministra, que realizó con los hermanos Estanis y Enrique Ybarra, propietarios –entre otras muchas cosas- de los autobuses turísticos Sighstseeing Bus. ¿Quién pago este viaje privado por Asia? ¿Pagó la ministra, o pagaron los empresarios? Si pagaron ellos ¿que obtuvieron a cambio?
Maleni: mal educada, colérica, mal encarada, estirada, ignorante, déspota, borde, otrora musa del Zapaterismo y factótum del Manuel-Chavismo, por fin es citada en un juzgado. De momento como imputada, ya veremos si más tarde como encausada. Cuando se cumplen 8 años exactos de su viaje a Pekin, quién sabe si lucirá uno de los cincuenta trajes a medida que en ese viaje le pagamos los españoles... ¡venirse venirse, que paga el Ministerio!".