La familia Marichalar por fin tiene un motivo de alegría. Después de 9 años de pleito contra el Ayuntamiento de Soria y la Junta de Castilla y León, el Tribunal Supremo les ha dado finalmente la razón y no se construirá un polígono industrial en sus terrenos al lado de las ruinas de Numancia. El origen del pleito está en la modificación del Plan General de Urbanismo de Soria que fue aprobado en 2007 por la Junta de Castilla y León, y que establecía la expropiación de 117 hectáreas de la familia Marichalar por parte del Ayuntamiento de Soria con el fin de construir un gran polígono industrial que se comprometió a financiar el Gobierno regional. Esta disposición fue anulada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en diciembre de 2009 y, previamente, la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJ de Castilla y León había dictado dos sentencias que confirmaban la ilegalidad.
El asedio de Numancia es símbolo de la resistencia celtíbera a la conquista romana, formando parte del vocabulario español la expresión de numantino para referirse "al que resiste con tenacidad hasta el límite". Miguel de Cervantes lo dramatizó en El cerco de Numancia en 1585. Las ruinas se encontraban en terrenos de Luis Marichalar, vizconde de Eza, y fueron donadas al Estado español en 1917. En España desgraciadamente no es noticia el destrozo de nuestro patrimonio histórico, es algo que lleva sucediendo con pasmosa naturalidad desde hace mucho tiempo y que suele ampararse tanto en la arquitectura "moderna" como en la especulación y el falso desarrollismo.
Lo que sí es noticia es la defensa numantina que ha realizado la familia Marichalar, cuya victoria supone un enorme mérito. En primer lugar, por haber pleiteado con sus propios recursos contra la Administración del Estado. Esta vez el enfrentamiento no ha sido contra Escipión el Africano sino contra una administración que tiene una auténtica legión de abogados a su cargo. Sin embargo para los Marichalar un pleito de 9 años les ha costado una cifra más que considerable de su propio bolsillo. En segundo lugar, los Marichalar han antepuesto la defensa del patrimonio histórico a su propio beneficio económico, ya que la expropiación de esas hectáreas seguro que les hubiesen reportado un jugoso beneficio económico.
Por supuesto que todavía se espera que algún miembro de la Junta de Castilla y León, del Ayuntamiento de Soria o incluso del Ministerio de Cultura pida disculpas a los ciudadanos por la aberración de haber autorizado semejante atropello y haber permitido que el pleito haya durado 9 años, contra todo sentido común.
Quizás Jaime de Marichalar no sea el personaje más querido por los españoles. Considerado dandi por los cursis y cursi por los dandis, su divorcio significó el ocaso de su efímera gloria. Aunque hay quien con la boca pequeña opina que la caída de Iñaki Urdangarin lo ha rehabilitado y que habrá quien haga bueno al exjugador de balonmano. Lo que no cabe duda es que el esfuerzo que ha realizado su familia merece el agradecimiento y admiración por los españoles que consideramos la defensa del patrimonio histórico como una prioridad de la "marca" España.