Al matrimonio formado por Borja y Blanca, como siempre, se le pudo ver loco de contento. La pareja bautizó al tercero de sus hijos entre familiares y amigos en Barcelona, ciudad donde vivieron varios años, hasta que decidieron trasladarse a Madrid, donde nació Enzo el pasado mes de Octubre.
Como era de esperar, Carmen Cervera no asistió al no estar invitada, ya que su hijo Borja se niega a mantener cualquier tipo de relación con su madre hasta que ésta no acepte a Blanca.
La baronesa, sin embargo, no aprende y se niega a dar ese paso, que nadie con un mínimo de cabeza comprende. Lo único que le ha aportado estos años de lucha es haber logrado no tener ningún tipo de relación con su hijo.
Es absurdo declarar lo mucho que le quiere, y que le tiene muy presente en el testamento, al igual que a sus nietos, a los que ni siquiera conoce, y por los que no hace ni el más mínimo esfuerzo de acercamiento.
Tanto Blanca como Borja no han querido hacer ningún tipo de comentario, y se niegan a entrar en el juego de su madre. Desde hace mucho tiempo decidieron seguir con su vida, tan felices como siempre, criando a sus hijos.
La que más pierde es Carmen, que parece no importarle que sus hijos ni se conozcan, ni disfrutar de sus nietos. Tan solo envía un telegrama por el cumpleaños, como si el pobre crío se enterase de algo.
¿Qué habrá hecho en esta ocasión? ¿No le dará pena ver a la familia de Blanca disfrutando de un día tan importante, y ella, como siempre, la única ausente? Una historia triste en la que, por lógica, Borja debe de sentir pena aunque prefiera mantenerse callado por respeto a su madre.
Dentro de unos días veremos en las revistas todo lo referente a dicho bautizo, que se celebró sin exclusiva alguna... Felicidades.