"El PSOE siempre ha sido un partido machista, pero bajo el mandato de Alfredo Perez Rubalcaba el desprecio por la mujer en nuestra organización ha alcanzado cotas nunca antes vistas". Este rotundo mensaje sale de los labios de una veterana militante del PSOE que me cita en las inmediaciones de Ferraz de manera anónima -el miedo a las represalias internas es el pan nuestro de cada día desde que el químico se hizo con las riendas del partido- para denunciar una situación en su opinión insostenible.
"La concepción misógina de la vida que tiene Alfredo solo se puede explicar como consecuencia del entorno profundamente franquista en el que se crió". Y mientras vierte azúcar sobre su té caliente mi interlocutora prosigue: "El padre de Rubalcaba, quien en agradecimiento por haber bombardeado a los republicanos durante la guerra recibió de Franco como premio un lustroso sueldo vitalicio camuflado como retribución por ser comandante de Iberia, transmitió a sus hijos el ideal de mujer florero imperante en su entorno. El crecer rodeado de privilegios y muchachas de servicio casi analfabetas que venían del pueblo a la ciudad para servir al señorito Alfredo ha quedado grabado a fuego en el ADN de Rubalcaba".
Indignada, se queja de que sólo haya ocho mujeres en la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, y continúa: "La historia de la mujer en este país es la historia de un sacrificio. Lo que hemos logrado es fruto de nuestro esfuerzo. En la España actual trabajando de médicos, abogados o ingenieros, además de otras tareas. La España de la posguerra nos la pasamos haciendo juegos malabares con las economías domésticas para sacar a familias enteras adelante. ¿Cómo va a saber Rubalcaba de qué estoy hablando si él se otorgó a sí mismo y a su esposa el titulo de profesor titular de química -para garantizarse ambos un sueldo vitalicio- en los ochenta, cuando estos puestos los otorgaba el Ministerio de Educación en cuyos órganos de dirección estaba él mismo?". Hay que recordar que Rubalcaba fue secretario de Estado de Educación en los ochenta y más tarde Ministro del ramo.
Según la militante que me ha citado, "Rubalcaba nunca ha respetado a la mujer. No hay más que ver de qué colaboradoras se rodea para sospechar que parece disfrutar con la humillación pública de las mujeres. Elena Valenciano, su número dos, es una mujer cuyos vulgares modales siguen sorprendiendo en Ferraz, y quien a pesar de haberse educado en el colegio más elitista de Madrid (fue al Liceo francés) y venir de un hogar privilegiado, carece de titulación académica alguna. Elena era más famosa por su pasión por las fiestas salvajes que por pisar la biblioteca y eso se nota. De diputadas 'pseudo-analfabetas' (sic) como Isabel Lopez Chamosa (famosa por las faltas de ortografía de su blog), prefiero no hablar. Ambas me hacen sentir vergüenza de ser mujer, española y socialista. En este partido hay muchas mujeres de gran valía que no comprendemos que hacen ahí esas dos. Somos muchas las que no aguantamos más".
Lo de Ponferrada no es sino un agravio más de una larga lista con la firma de Rubalcaba, según la dolida militante que me ha citado, quien pone fin a nuestra cita sentenciando: "Cierto es que este partido se opuso con ferocidad al voto femenino en España en 1931, pero pensé que esto había cambiado. Hace poco volví a ver la foto de Felipe Gonzalez con el barrigón al aire fumándose un puro en la cubierta de un lujoso yate en Ibiza mientras una rubia neumática le esparcía crema por la espalda. Durante años me he negado a admitirlo, pero ésta es la imagen de la mujer que tienen en el PSOE de Rubalcaba".