Gloria Pall murió el 30 de diciembre en Burbank (California) a los 85 años. Con el tiempo se hizo agente inmobiliaria y escribió 13 libros sobre la industria del cine, pero en 1954 conducía en Los Ángeles un programa de televisión en el que presentaba películas románticas. Se llegó a emitir en la ABC. También trabajó en películas, entre otras, El rock de la cárcel, con Elvis Presley. Y hasta salió con Howard Hughes. Compartía cadena, la KABC-TV, y también formato con la mucho más famosa Vampira (Maila Nurmi), que presentaba en su show películas de terror (eso que Chicho Ibáñez Serrador hizo años después con Mis terrores favoritos ya lo había hecho Vampira mucho antes). Precisamente por ese paralelismo, a Gloria Pall se la conocía como Voluptua. Aunque también como Miss Escote.
Pero a la antigua modelo y corista (e incluso mecánica de aviones) le duró poco ese trabajo televisivo. A las siete semanas se canceló el programa porque la chica era "too hot for tv". Poco menos que una bomba sexual. Demasiado para los espectadores de la época, sorprendidos por el tórrido contenido del espacio. "Relájense, quítense los zapatos, aflojen sus corbatas", susurraba. Además, se cambiaba de ropa detrás de una pantalla transparente y acababa el programa con la parte de arriba de un pijama de hombre. Grupos religiosos y asociaciones de padres y profesores protestaron y el show desapareció. Ella se defendía alegando que solo era sugerente pero el público no lo vio así. Ese público tendría que ver Gandía Shore, putiferio donde se pixelan los cigarrillos.
Poco después de morir Gloria Pall, Liam Neeson ha denunciado en una entrevista la hipersexualización de la sociedad. "Odiaría ser un niño ahora porque estamos inundados con demasiada información sobre sexualidad, que viene de todos lados, de los medios, de los anuncios, de todos sitios. Y eso debe de ser confuso para ellos". El actor, además, asegura que ello está arruinando las relaciones amorosas. "Hay un problema cuando algo se hace demasiado familiar. Cuando va de lo sagrado a lo profano", se lee en The Catholic Herald. El Papa podría haber dicho cosas muy parecidas. Los tiempos han cambiado, reconoce. Es verdad, hemos pasado de que Gloria Pall fuera considerada demasiado caliente para la televisión a que nos parezca normal ir a clases de striptease. Como si fuera algo liberador para las mujeres.
Liam Neeson podría unirse a la cruzada de Gail Dines, profesora de sociología, activista antipornografía y autora de Pornland: How Porn has Hijacked our Sexuality (Pornolandia: Cómo el porno se ha apropiado de nuestra sexualidad). Se queja de que las corrientes mayoritarias del feminismo se dediquen a luchar por los derechos individuales de un pequeño grupo de mujeres en lugar de por la liberación de todas. En el mismo sentido se manifiesta Natasha Walter en Muñecas vivientes. El regreso del sexismo: "...la expansión de la cultura del sexo, en vez de ser considerada negativa para las mujeres, ahora se presenta como la culminación de las libertades a las que aspiraban las feministas". Es verdad que Liam Neeson no habla de mujeres (al fin y al cabo, tiene hijos), pero es que han sido las más perjudicadas. Gloria Pall, una ursulina al lado de la Ylenia de Gandía Shore, se adelantó en el tiempo. Ya lo decía George Burns: "Me resulta difícil acostumbrarme a estos cambios: yo aún recuerdo los tiempos en que el aire era limpio y el sexo era sucio".