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Rosa Belmonte

El descubrimiento de Tere Pollo

La aparición de un personaje conocido pero nunca visto, tan típico de las series de televisión, salta ahora al juicio de Isabel Pantoja.

Que ya hemos conocido a Tere Pollo. Albricias. El juicio que se sigue en Málaga contra Isabel Pantoja, de pieza separada, plano fijo y sala vacía, es un tostonazo. Solo de vez en cuando sacan un conejo de la chistera que justifica el despropósito de que se informe a diario de la vista oral. Puede ser un perito de Hacienda chulito y sobrado que dice que determinados movimientos de cuentas solo los ve en traficantes de drogas. O puede ser la aparición de un personaje conocido pero nunca visto. Y la semana pasada tomó cuerpo (poco, eso sí) una persona de la que se había hablado mucho en los televisivos corrillos de picadillo cuando el tema era el mundo pantojil. Tere Pollo. Tere Pollo. Tere Pollo. Dicho por los insiders casi sin pausa entre nombre y apellido. Como Telepizza. Por fin vimos a Tere Pollo, que forma parte del ejército de hobbits que hace recados a la cantante (de hecho, testificó el mismo día que María Navarro). Tere Pollo hacía ingresos bancarios de 3.000 euros. Según su declaración, procedentes de una gala cobrada en dólares. Ingresos a cachitos para que no saliera su nombre. 

Tere Pollo ya empezaba a ser uno de esos personajes televisivos legendarios que nunca salen en pantalla. Pero es que en España no aguantamos tener guardados ni siquiera a los de ficción. Pasó con Jonathan, el hijo de Aída en Siete vidas, donde solo se le nombraba. El hijo de la señora de la limpieza del Casi Ke No empezó a salir en Aida, la nueva serie. Y ya perdió su magia. En la televisión americana el del personaje no visto es casi un género. La más antigua que se me ocurre es Juanita Beasley de The Andy Griffith Show, carácter telefónico. En La chica de la tele, la sitcom de Mary Tyler Moore, fue Lars Lindstrom, el marido de Phyllis Lindstrom. En Cheers teníamos a Vera Peterson, la mujer de Norm. Y en Will y Grace a Stan Walker, el marido de Karen. Por supuesto, también hay que recordar a Charlie en Los ángeles de Charlie y a Diane en Twin Peaks, la secretaria a la que el agente Cooper grababa mensajes, la única persona normal de la serie, aunque también cabía la posibilidad de que Cooper llamara así a su dictáfono. En el negociado de los dibujos animados está el dr. Claw de El inspector Gadget. Más. La mujer del detective Colombo. Y en Seinfeld había un tal Bob Sacamano que era amigo de Cosmo Kramer. Un chiflado tan disparatado como él. Asimismo, a George Steinbrenner, el jefe de George Constanza, tampoco se le veía. Si acaso el pescuezo. En Friends tenían al Tío Feo Desnudo, uno al que veían desde el ventanal del apartamento de Mónica. Lo veían ellos, no el espectador. Pero, probablemente, la mejor sea la Maris Crane de Frasier, la neurótica e indescriptible exmujer de Niles. Los guionistas de Frasier estuvieron a punto de sacarla más de una vez pero desistieron. Llegaron a decir que ninguna actriz podría haber cumplido las expectativas (lo mismo era gorda que delgada, lo que la hacía casi un personaje de dibujos animados). Con Tere Pollo no sé si hemos cumplido las expectativas. Para interpretarla, quizá Linda Hunt.

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