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La corrupción acorrala a CiU y pone a Artur Mas contra las cuerdas

CiU, devorada por la corrupción, vive hoy un momento similar al del PSOE en el año 1996.

El embargo judicial que pende sobre el inmueble que acoge la sede barcelonesa de Convergencia es la metáfora que mejor describe la incómoda y difícil situación actual del partido de la familia Pujol. Beneficiaria durante décadas del silencio complice de la sociedad catalana en lo referente al veloz enriquecimiento de sus cargos públicos y los familiares de éstos, CiU vive hoy un momento de crisis similar al del PSOE en el año 1996.

Lejos de ser el partido vigoroso y sano que a Artur Mas le gustaría liderar en pleno órdago secesionista, una huida hacia adelante en toda regla, CiU asiste, paralizada por la corrupción, al luctuoso espectáculo de ver cómo la metástasis se extiende por todos sus órganos. Por vez primera la sociedad catalana señala con el dedo a los mismos altos cargos que ayer acudían impunes al liceo en sus berlinas de lujo, acompañados de mujeres enjoyadas y envisonadas hasta los dientes, pensando que nunca les descubrirían.

Asfixiados por los impuestos y tocados por los recortes, los catalanes hoy día escoltan con sus insultos a los convergentes acusados de corrupción mientras estos recorren cada vez mas frecuentemente el paseíllo hacia el juzgado y la cárcel, o comentan indignados las imágenes que atestiguan la riqueza acumulada en los años de gobierno del patriarca por la familia Pujol mientras observan las ostentosas fotos de la inauguración de la penúltima adquisicion millonaria en el extranjero de la familia del expresident.

El propio Artur Mas es beneficiario de una cuenta en Liechtenstein de más de dos millones de euros, algo difícil de explicar para la máxima institución del Estado en una región con el 30% de la población viviendo en la pobreza. Como complicado es de argüir cómo Macià Alavedra y Luis Prenafeta, hombres de máxima confianza de Pujol en CiU y el gobierno autonómico, pudiesen pagar a toda velocidad el millón de euros de fianza que les sacó de la cárcel donde entraron en 2009 por cobro de comisiones ilegales, corrupción y tráfico de influencias. O nada fácil de esclarecer sea el origen de los fondos empleados por Jordi Pujol Ferrusola para comprarse el Hotel Encanto (de cinco estrellas y en México), o la procedencia de los dineros que le permitieron hacerse con la mayoría del puerto de Rosario en Argentina.

Artur Mas es un hombre de nervios de acero pero cuya paciencia se agota a pasos agigantados. Mas, situado en un dilema, es consciente del enorme daño electoral que le hace el misterioso origen de la fortuna de la familia Pujol en el extranjero, pero también sabe que a quien fuese ayer president y hoy padre de millonarios inversores internacionales, le debe el puesto.

El cartero que hace llegar, vía telegrama, las citaciones judiciales a los altos cargos de CiU se sabe ya de memoria la ruta que separa la sede de correos en Barcelona del cuartel general de convergencia. Alavedra, Prenafeta, Millet, Montull, Torrent, Padrol, Gordo, Osácar, Pujol I, II y III... suma y sigue. Solo del Palau de la Música, Osácar recibió 500.000 euros y Torrent 1.7 millones.  La lista de cargos millonarios de CiU con las cuentas pendientes con la justicia parece no acabarse nunca. Para entender el nerviosismo de Mas ante la actual situación de CiU, recordemos lo que de CDC dijo en julio de este año, semanas antes de la manifestación de la diada, el auto judicial del caso Palau:

"Convergència Democràtica de Catalunya recibió fondos de la Asociación Orfeó Català a través de entregas opacas de dinero en efectivo". Estos pagos sumaron "2.314.495,21 euros". Las entregas fueron"realizadas en el periodo 2002-2008 por los imputados Fèlix Millet y Jordi Montull " a "Carles Torrent y Daniel Osácar en su calidad de responsables de finanzas de Convergencia Democratica de Catalunia". "CDC también fue beneficiaria de una desviación de fondos de la Fundación Privada Orfeó Català-Palau de la Música de al menos 982.583,20 euros". "El dinero llegaba a CDC bien mediante entregas opacas en efectivo, bien a través de donaciones, por un importe total de 775.000 euros".

Estas afirmaciones del juez parecen dar la razón a aquellos que afirmaban que en CiU "había quien se llevaba los millones públicos en sacas bordadas con la bandera de Cataluña" o aun peor, quienes aseguran que "CiU es el partido de las pirámides; lo que mejor se les da es hacer el egipcio". Mientras la justicia ordinaria sigue su curso, la sociedad catalana parece ya haber dictado sentencia y tiene la factura electoral preparada para hacérsela llegar a CiU el 25-N. La Democracia era esto. No todo iban a ser victorias en el Majestic, Lamborghinis, joyas, y hoteles en México.

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