Ver a Nadiuska sentada en unos cartones a la puerta de un cine fue como ver a Cleopatra (Olga Blacanova) al final de Freaks convertida en pajarraca. Con la diferencia de que seguramente Nadiuska no lo merecía. La locura y el suicidio adornan a las personas, pero solo si no te tocan cerca. Que la locura adorna lo sostenía Ambrose Bierce en su Diccionario del diablo. Que es el suicidio, Bohumil Hrabal, el autor de Trenes rigurosamente vigilados que, claro, se tiró de un quinto piso. Nadiuska ha acabado en un psiquiátrico y yendo a misa de doce, como ayer se contaba en la revista Interviú (mucho más impactante fue cuando José de Santiago la descubrió caminado entre Alcalá de Henares y Guadalajara). En un extraño reportaje de fan, se nos cuenta que el bellezón del Destape, que este año ha cumplido 60 años, está recluido en un psiquiátrico de Ciempozuelos llevado por las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús donde dice estar haciendo un apostolado. "El próximo lunes me voy de aquí" o "tengo un piso en la calle Serrano" son sus frases más repetidas. En realidad, desde su casa se veía el Museo del Prado. Ahora se ve desde la casa de Carolina Herrera. Seguramente no está más loca que otros, pero la pobreza aumenta cualquier locura, cualquier enfermedad.
La esquizofrenia difícilmente adorna a nadie, sobre todo a quien no ha necesitado nunca más adorno que su persona. Mientras Sara Carbonero parece un personaje de Avatar, Nadiuska era una verdadera belleza de ojos color esmeralda y boca perfecta (boca de planta carnívora escribió Tico Medina). A Roswitha Bertahasa Honzca, de madre polaca y padre ruso, la descubrió Damián Rabal. Para conseguir la nacionalidad española se casó en 1973 con un chatarrero oligofrénico y más que la españolidad consiguió un agujero negro (el matrimonio se anuló en el 81). Es difícil haber hecho más películas malas que Nadiuska (100). Pero también debía de ser difícil no sucumbir a una hembra semejante. Si se era poderoso, además se podría conseguir. Me imagino a algunos viendo Zorrita Martínez, protagonizada por Nadiuska y Bárbara Rey, igual que otros veían el Telediario.
Nadiuska tampoco es una excepción dentro del mal camino de glorias pasadas. Anita Ekberg pidió ayuda hace pocos meses a la Fundación Fellini desde la residencia de ancianos en la que vivía. El propio Fellini decía que el problema de Anita es que creía que todos los hombres querían dormir con ella. "Lo malo es que es cierto", remataba el director. Margot Kidder, la Lois de Superman, sufría un trastorno bipolar que la llevó en 1996 a dormir en cartones en las calles de Los Ángeles. Ahora está recuperada en Montana (cielos, esto parece el final de una tv movie). Edith Bouvier Beale y su hija, tía y prima de Jackie Kennedy, vivían como cencerros en su destartalada mansión de East Hampton con algún mapache, muchos gatos y basura por todos lados. Los hermanos Mayles hicieron un legendario documental, Grey Gardens, que luego se convirtió en película. Con Nadiuska, cuyo caso se parece más al de Tina de Las Grecas, lo único que se hizo fue vestirla de noche y llevarla un día de 2002 a Tiempo al tiempo, el programa de Concha Velasco en TVE.
Su última película, Brácula. Condemor II es de 1997. Con Chiquito de la Calzada. En sus años de gloria había participado en cumbres vergonzosas del cine español como Manolo la nuit (1973), Lo verde empieza en los Pirineos (1973) o Vida conyugal sana (1974). Su nombre y el de otras forma parte del listado de las fantasías eróticas de los 70. María José Cantudo, Bárbara Rey, María Salerno, Ágata Lys, Carmen Platero, Paca Gabaldón, Charo López, Mónica Randall... Pero ninguna de esas protagonizó un desnudo en Fotogramas por el que la revista fue secuestrada. Y, además, ninguna posó como ella con el culo en pompa en la portada de Interviú (portada que Alaska homenajeó hace unos meses contando lo difícil que era conseguir esa inclinación). La boca de planta carnívora acabó comiéndose a Nadiuska. Fueron otros, pero esto queda más bonito.