Los millones de Narcís Serra y el palacio de los Maragall
Con la fundación de su nuevo partido-juguete de niño rico, Maragall confirma que en una Cataluña secuestrada por el nacionalismo siempre han mandado los mismos.
El pasado jueves, coincidiendo con la difusión del escándalo generado por el capital que se llevó a América la familia de Jordi Pujol, Ernesto Maragall, hermano del expresidente de la Generalidad, anunció la creación de un partido independentista y de izquierdas.
El fundador de este nuevo partido y su hermano Pascual son nietos del poeta Juan Maragall, cuya obra más insigne fue precisamente la famosa Oda a España. Ambos son el prototipo perfecto del socialista de salón que siempre cortó el bacalao en Cataluña. Ernesto, rabiosamente de izquierdas, pasó su infancia en el palacete con jardín que su abuela tenia en la elegante calle Alfonso XII de Barcelona. Perfectamente cuidados por el esmerado servicio de la mansión familiar, los Maragall descubrieron entre antigüedades y maderas nobles la buena vida y los beneficios de militar en la izquierda de 9 a 5, lo justo para mandar –y cobrar-. Como tantos otros en el PSC, los hermanos Maragall disfrutaron durante el franquismo de sueldos públicos y del confort que daba trabajar en las empresas en la órbita del poder. Así, mientras Pascual pastaba del presupuesto público como economista del "gabinete de programación" del alcalde franquista de Barcelona José María Porcioles, Ernesto triunfaba como ejecutivo en la empresa publicitaria Reclamo.
El PSC siempre fue un partido despótico al que votaban los pobres y que manejaban los ricos. Los Maragall intuyeron pronto que las masas obreras en Cataluña entregarían al socialismo el poder por décadas, y con la ayuda de Narciso Serra, otro chico bien de Barcelona, tomaron el control del partido. Con los años, Narcís Serra cambiaría la política por los (muchos) millones (de euros) de los consejos de administración politizados. Así, en 2008 Serra quebró Caixa Catalunya –que presidía- dejando al contribuyente un agujero de 5.000 millones. Como premio, fue nombrado Consejero de Gas Natural (coincidiendo con Felipe González, mayordomo de Carlos Slim) y luego vicepresidente de Telefónica Brasil (coincidiendo con Urdangarín). Todo ello a instancias de la cuota catalana del zapaterismo. Lluvia de millones para Narcís Serra, lluvia de votos obreros para el PSC.
Diana Garrigosa es la esposa de Pascual Maragall y cuñada del izquierdista independentista Ernesto. También es una de las mujeres más ricas de Cataluña y propietaria de la empresa de lentes Indo. En 2008, en plena ofensiva contra las empresas que cerrasen plantas en Cataluña del gobierno tripartito que presidió su marido, y en el cual Ernesto era consejero de educación, la empresa de la esposa de Maragall puso en la calle a cientos de familias catalanas y echó el cierre a sus fábricas para llevarse la producción a Tailandia. Una vez más el PSOE aplicaba con esmero su máxima favorita de "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago."
El votante catalán nacionalista vive un peculiar dilema del prisionero teniendo que escoger entre la derecha cleptócrata representada por los ex-reos e ideólogos de Pujol en CiU Alavedra y Prenafeta -acusados en 2009 de asociación ilícita, blanqueo de capitales y de tráfico de influencias por cobrar comisiones ilegales- y la izquierda representada por Bartomeu Muñoz, del PSC. Este exalcalde del socialista de Santa Coloma, detenido y encarcelado en su día y acusado de corrupción, es hijo del último alcalde franquista de la misma ciudad y lleva afiliado al partido desde los 18 años. Responsable, según el juez, de la desaparición de 45 millones de euros en su consistorio, este edil -adicto confeso a jugar al golf- vivía en un enorme ático frente al lujoso Parque Turo de Barcelona y se desplazaba a diario en su Mercedes hasta la ciudad obrera de la que era alcalde.
Bartomeu, Alavedra y Prenafeta, según el juez, se forraron a comisiones ilegales durante años convirtiendo a Santa Coloma en un monstruo urbanístico. Total, la agresión estética la padecerían de por vida los charnegos y no ellos, tan elegantes -y tan ricos- a costa de los pobres a quienes esquilmaban y despreciaban. La omerta de la burguesía para con CiU y el síndrome de Estocolmo de los obreros con el PSC han convertido a Cataluña en auténtica cleptocracia.
Como muestra de que en todas las familias hay una oveja negra, decir que la sobrina de Ernesto y Pascual Maragall, Ana Vidal Maragall, esta casada con Oriol Pujol. Investigado hoy por Hacienda como en su día lo estuvieron su madre y sus hermanos, sobre el hijo del expresident y su familia pesan como una losa las incógnitas sobre su fastuoso y veloz enriquecimiento a la sombra del poder.
Con la fundación de su nuevo partido-juguete de niño rico, Maragall confirma que en Cataluña siempre han mandado los mismos. Secuestrada por el nacionalismo y la plutocracia, en esta región la movilidad social es una quimera. Pero esta impermeabilidad entre capas sociales tiene un precio muy alto: el porcentaje de población viviendo por debajo del umbral de la pobreza es en Cataluña un 50% mayor que la media de la UE. Esto bien deberían saberlo Ernesto y Pascual Maragall, ex presidente de la Gin-eralitat
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