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Carlos Pérez Gimeno

Marina Danko y Celio González no se esconden

La colombiana ya no se esconde y se le puede ver paseando con su primo Celio, mostrándose los dos felices y sonrientes.

Tan sólo han pasado siete meses desde que Marina Danko y Sebastián Palomo Linares tomaran la decisión de divorciarse después de más de treinta años de matrimonio. Esta nueva situación no les ha podido sentar mejor. Están felices cada uno por su lado. El maestro no para de exponer sus pinturas en diferentes ciudades y la que fuera su mujer se ha convertido nuevamente en colegiala, acudiendo a recibir clases en la Sorbona. No deja de asombrarme el poder de recuperación que poseen algunas personas.

La colombiana, por su parte, ya no se esconde y se le puede ver paseando con su primo Celio, mostrándose los dos felices y sonrientes. Si esta relación continúa, se convertirían en una pareja con un gran interés mediático, aunque por el momento, ninguno de los dos haya reconocido de manera abierta su situación. En cualquier caso no ocultan lo bien que se sienten juntos.

Lo mismo le ocurre a su ex marido, Palomo Linares, como él mismo reconoce, después del difícil divorcio. Ahora confiesa sentirse un hombre totalmente renovado. Al torero también se le ha podido ver en varias ocasiones, muy bien acompañado de una antigua novia de juventud. Se trata de una venezolana, llamada Lidia López, y casualmente al igual que Marina, se dedica al diseño de joyas.

En la actualidad, está divorciada y parece ser que su hijo Alberto Betancourt ha comprado la finca del que fuera presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, "El Alamín", por 24 millones de euros, enclavada en los montes de Toledo.

Sebastián tampoco ha querido dar muchos más datos sobre esta posible relación, pero lo que sí es cierto es que una entrevista con una de estas dos parejas se pagaría a precio de oro.

Sólo hay que esperar a ver cuál de los dos la concede, y si no, al tiempo.

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