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Carlos Pérez Gimeno

La pésima educación de Cristiano Ronaldo y su novia

Cuando llegaron a su mesa, que era la mejor,se sentaron sin saludar al resto de las personas.

Con lo poco que cuesta ser amable y mínimamente educados, no puedo entender porque Cristiano Ronaldo y su novia la modelo rusa Irina Shayk, fueron tan groseros, en la magnifica fiesta que como cada año organiza la revista Marie Claire, en la residencia del embajador francés.

Llegaron los últimos y el futbolista se negó a que le hicieran fotos en el photocall, cuando llegaron a su mesa, que era la mejor, la que tenían que compartir con la directora de la revista, con Joana Bonet, se sentaron sin saludar al resto de las personas.

Se pasaron todo el tiempo que duró la entrega de premios, hablándose al oído como dos adolescentes, y cuando le tocó el recoger el suyo a la rusa, no hizo ni el más mínimo esfuerzo en hablar en español, todo en ingles, ni siquiera las gracias.

Con esta actitud, todo el mundo comentaba lo mismo, la falta de educación por parte de los dos, que no hicieron ningún esfuerzo por hablar con nadie, y prefirieron jugar con sus teléfonos móviles.

Es una lástima que sean tan buenos en sus respectivos trabajos para después estropearlo de esta forma tan gratuita.

Lo sentí por todas las persona que trabajan en la revista, y en especial por su directora, que estaba indignada, con la parejita.

Irina estaba muy guapa con un vestido de uno de los premiados Elie Saab, en cambio Ronaldo a parte de no llevar smoking, como se pedía en la invitación, llevaba un traje negro con camisa blanca un jersey de pico, la corbata caída y el cuello de la camisa abierto, totalmente impropio. Un hortera de bolera.

Que en el campo sea una estrella, eso es indiscutible, pero fuera no tiene ni idea de como debe comportarse, y se le ve el pelo de la dehesa a parte de la cresta que lució.

Menos mal que hubo otra gente estupenda, como Nati Abascal, que llegó espectacular, al igual que Tamara Falcó, como siempre de buen humor, al preguntarle por su madre, me contó que estaba un poco mejor después de la muerte de su hermana Beatriz, pero que lo ha pasado muy mal.

La única hija del matrimonio que formaron Isabel Preysler y Carlos Falcó, ayer cumplió 30 años, y es uno de los personajes más queridos por la prensa rosa. Felicidades.

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