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Carlos Pérez Gimeno

Alfonso Díez gana terreno

El funcionario tiene que estar como loco después de ver como su estrategia triunfa por días y al final va a conseguir ser duque consorte.

 

La duquesa de Alba ya no oculta que la boda con Alfonso Díez será en Sevilla, ella misma lo ha dicho cuando se lo han preguntaron hace unos días en Ibiza, donde tiene una magnífica casa que, según parece, en el reciente reparto de sus bienes se la ha dejado en herencia a su hija Eugenia.

El funcionario tiene que estar como loco después de ver como su estrategia triunfa por días y al final va a conseguir ser duque consorte.

Como de tonto no tiene ni un pelo, la boca la mantiene cerrada, se limita a sonreír y poner cara de interesante cuando le preguntan a la entrada o salida de su trabajo. Lo vergonzoso es que no cuenta nada ni a su círculo de amigos más íntimo, con los que a penas ya ni tiene trato. Se ha ido apartando paulatinamente y, cuando consiga su objetivo, ni los volverá a ver. Eso tiene un calificativo.

Todo apunta a Carmen Tello, esposa de Curro Romero, será la madrina del enlace. Por cierto, la Tello fue una de las primeras en recibir a Alfonso y, en sus propias palabras, dijo que lo hacía porque éste es la persona que hacia feliz a su amiga Cayetana.

Por el contrario, si se confirma que el padrino será el duque de Huéscar, primogénito de la duquesa, para él más que a la boda de su madre será como ir al patíbulo.

A Díez, todo eso le importa muy poco, y aunque sabe de sobra que en esa familia no le pueden ver, le da lo mismo, solo le interesa cumplir su objetivo: pasar por la vicaría.

Cayetana es mucha Cayetana, no hace caso a nadie, no lo ha hecho nunca y no lo va hacer ahora, ni tan siquiera al propio Rey que le aconsejó que no se casara. De momento habrá que esperar a septiembre, que ya está a la vuelta de la esquina.

Como se dice ahora: ¡Qué fuerte! 

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