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Carlos Pérez Gimeno

La bochornosa llegada de Isabel Pantoja a los juzgados

El juez se disculpó por los acontecimientos tan bochornosos que estaban ocurriendo a las puertas del juzgado. Tal fue la avalancha de gente que hasta le rasgaron el vestido. El magistrado consideró que había sido víctima de una agresión.

Todavía no he salido de mi asombro desde que he visto las imágenes de la llegada de Isabel Pantoja a los juzgados de Marbella. Hace falta tener poca vista desde el Ministerio del Interior para no prever lo que se podía montar en torno a este hecho.

Desde hace meses, en todos los medios de comunicación se viene repitiendo hasta la saciedad la fecha en la que la tonadillera tenía que presentarse para que el juez le comunicara el comienzo del proceso en el que está implicada por presunto blanqueo continuado de capitales.

Con los pocos agentes de policía que había era imposible controlar a la cantidad de gente que estaba aguardando la tan esperada llegada de Isabel: los muchos medios de comunicación, los fans que la apoyaban y los detractores que la increpaban.

Una vez que consiguió entrar en las dependencias, el juez se disculpó por los acontecimientos tan bochornosos que estaban ocurriendo a las puertas del juzgado. Tal fue la avalancha de gente que hasta le rasgaron el vestido. El magistrado consideró que había sido víctima de una agresión y, para evitar que eso volviese a suceder, la cantante salió por la puerta de los calabozos.

La Pantoja no abrió la boca pero su mirada desafiante lo decía todo. Llegó a Málaga en avión procedente de Barcelona donde está llenando el teatro cada día, y para los días que le quedan de actuación en la ciudad condal las localidades están agotadas. Durmió en casa de unos amigos. El morbo, en su punto de ebullición...

Imágenes como las de ayer, con esa pésima organización, dan mucho que pensar. España, lejos de ser un país civilizado, da con este tipo de sucesos una imagen de república bananera. ¿Habrá alguien en el Ministerio del Interior al que se le caiga la cara de vergüenza? Me imagino que no. Mientras se hable de este tema y del "preocupante" divorcio de Belén Esteban, pensarán que a la gente la tienen distraída y así se olvidan antes de los pitidos y abucheos al señor Zapatero. ¡Qué país! Y nos lo queríamos perder.

Visto lo visto, me pregunto: ¿qué ocurrirá el día que dé comienzo el juicio?

En Chic

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