Dicen que en la vida todo no se puede tener. Lolita, que está tan feliz recién casada con Pablo Durán, que como ella misma dice, es el amor de su vida, sufre una situación en el terreno económico que se podría calificar como desesperada.
La artista debe a dos empresas un total de 160.000 euros que tiene que pagar en el mes de octubre como máximo. Si no lo hace, podría perder entre otros bienes su casa. Estas empresas son proveedoras de género para su firma de ropa que comercializa en una tienda en pleno centro de Madrid. La denuncian por impago.
Lolita no es que se niegue a dar la cara, sino todo lo contrario. Ella, como administradora de su empresa, se responsabiliza totalmente. Lo que ocurre es que no puede hacer frente a esos gastos por falta de liquidez. Por medio de su abogado pretende llegar a un acuerdo para abordar esas deudas en una serie de plazos.
Como la crisis afecta a todos aunque a unos más y a otros menos, la Flores ha hecho trabajos que no ha cobrado, en verano no ha firmado apenas galas, la venta de discos está, como se suele decir, por los suelos y no está haciendo nada ni en cine ni en televisión. A consecuencia de todo esto, sus ingresos se han visto mermados de forma considerable.
La venta de la exclusiva de su boda no ha debido de ser la solución a esos problemas y en el mes de octubre se celebrará el juicio definitivo. Si no se tiene la garantía de pago, a la cantante le podrían ampliar el embargo a otras empresas que ella pueda tener y hasta los derechos de autor.
La realidad es que el problema es serio y de solución complicada. Es una lástima, porque al contrario que otra gente, la hija de "la Faraona" es una mujer muy trabajadora, pero las cosas se le han puesto muy cuesta arriba.
A Lolita también se le ha criticado por su aparición en un barco por aguas ibicencas, con el gasto que eso supone, si de verdad tiene esos problemas económicos. La cantante ha declarado que ese barco había sido alquilado por su amiga la actriz Loles León como regalo por su reciente boda.
Cuando hay crisis y sobre todo acreedores de por medio, ¿no sería mejor pasar desapercibida y aunque sea un regalo, no alardear de nada e intentar solucionar los problemas? Octubre lo tenemos a la vuelta de la esquina y los jueces no esperan.