Rotundo éxito de Paco León

Se podría decir que Paco León es uno de los actores que más nos hace reír desde hace mucho tiempo, interpretando de forma genial personajes tan disparatados como el de Luisma en la serie Aída o satirizando personajes públicos como a Raquel Revuelta o Anne Igartiburu.

Ahora Paco se vuelve a vestir de mujer para internarse en uno de los papeles más importantes de su carrera, nada más y nada menos que el de "Lisístrata", la comedia de Aristófanes, que se ha sido estrenada en el Teatro Romano de Mérida dentro de su festival. El éxito ha sido rotundo, y los que hemos tenido el privilegio de verlo podemos dar fe de la impresionante interpretación que hace. El teatro está lleno todos las noches que hay función. Sin lugar a dudas, es el éxito de la temporada.

Esta comedia tan moderna y atrevida, trata la sexualidad de una forma muy libre, no es nada soez, y el look con el que Paco aparece en escena envuelto en gasa, subido en unos zapatos con unas plataformas de vértigo, dejando ver un pecho postizo de mujer, es espectacular. El público no paró de aplaudir, y pese al calor, se disfrutó mucho. Una vez terminada la representación, la gente se le acercaba por la calle para pedirle autógrafos, hacerse fotos con él y felicitarle.

Tal ha sido el éxito que se ha visto obligado a cambiarse de hotel y refugiarse en el cortijo rural "Las Gabrielinas" en Esparragalejos, un pueblo cerca de Mérida, en plena dehesa, para desconectar y poder descansar junto a su mujer y su hija Manuela. Paco siempre trata de no mezclar su vida personal con la profesional, de modo que poco se sabe de su pareja. No hay casi imágenes de ellos, no digamos ya reportajes ni nada que se le parezca: es un defensor total y absoluto de su intimidad.

El prestigioso director Jérôme Savary, que ha trabajado por primera vez con él y también han compartido escondite, lo ha calificado como "un actor excepcional".

Cierto es que el verano da mucho de sí y hay mucha fiesta en Palma, Ibiza, Marbella, pero un poco de cultura y de la buena tampoco viene mal, y si encima se disfruta en ese marco incomparable que es el Teatro Romano de Mérida es todo un lujo.