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Carlos Pérez Gimeno

Elisabeth Thompson, a la espera de juicio por un robo de joyas

Los agentes la citaron en una comisaría. Una vez allí, y al darse cuenta de la trampa, se sintió acorralada y pidió que llamasen a la Embajada de Italia, y no contenta con eso pidió que le pusieran en contacto con la Casa Real.

Cuando llegó a España era una auténtica desconocida. Se movió rápido y se la empezó a conocer en el reality "Supervivientes". Llegó procedente de Italia donde había trabajado como "modeli". Estuvo liada con un rico empresario y de aquella relación tuvo una hija.

Como iba de lista por la vida y lo que quería a toda costa era ser conocida y aparecer en la prensa rosa, le vino muy bien encandilar primero a Pedro Ruiz y después al rey de las discotecas y de la noche, Óscar Lozano. ¡Qué buen ojo!

Esto le parecía poco y cayó en sus redes uno de los solteros más cotizados de la sociedad, aparte de ser uno de los íntimos amigos del Príncipe, Alvaro Fuster. A consecuencia de esta relación, hizo muy buena migas con la Princesa, pero esto ya es historia. Después de tres años aproximadamente, la pareja se rompió. Recuerdo que hasta hubo rumores de un posible embarazo, pero el tema se quedó ahí. No le salió bien la jugada: todo apunta a que la Thompson intentó la misma táctica que hizo con el empresario italiano, quedarse embarazada de un rico y así tener asegurada una buena pensión alimenticia... No sabe nada...

Ahora vuelve a la actualidad porque la Policía ha encontrado unas joyas de una importantísima firma de Madrid. Se las prestó para un reportaje que se iba hacer para la revista ¡Hola!, que nunca se llegó a realizar. Para el posado el préstamo en gemas ascendió a casi 37.000 euros. El contrato recogía que la casa le hiciera ese préstamo en acuerdo privado, y que a cambio de aparecer en los créditos del reportaje, los joyeros le regalarían alhajas por valor de 6.000 euros, teniendo en cuenta que en el caso de que si ese trabajo no llegase a publicarse, como ocurrió, Elisabeth se comprometía a devolverlas en perfecto estado o pagarlas.

Al cabo de un tiempo prudencial, los dueños de las piedras intentaron ponerse en contacto con ella y no era posible. Tanto insistieron que al final no tuvo más remedio que decirles que no las tenía porque había sido víctima de un atraco, pero como la Policía no es tonta y esa historía no se la creía ni la propia protagonista, metió la pata de forma tremenda al lucir los pendientes en una boda de un amigo de la infancia de Álvaro Fuster, la foto se publicó en ¡Hola!, y a raíz de eso, pudieron cazar a la pájara.

Los agentes la citaron en una comisaría y le dijeron que fuera a ver si podía reconocer a los atracadores. Una vez allí, y al darse cuenta de la trampa, se sintió acorralada y pidió que llamasen a la Embajada de Italia, y no contenta con eso pidió que le pusieran en contacto con la Casa Real. ¿Pero qué se ha creído, que iba aparecer la Familia Real al completo a sacarla de alli? Hace falta tener cara dura y poca vergüenza. Al final, la Policía registró su casa, encontró el botín y se lo devolvió a sus dueños.

Esperemos que Álvaro Fuster en próximas ocasiones tenga mejor vista a la hora de elegir "churri". No hay nada como tener fama, dinero y ser objetivo de cutres como esta individua para caer en sus redes como un corderito. Hay que estar más al loro, como se dice ahora.

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