Un paro cardiaco ha sido la causa del fallecimiento de Ángel Cristo. Se podría decir que a este hecho sí que se le puede calificar como "La crónica de una muerte anunciada" .
El famosos domador de fieras estaba herido de muerte desde hacía mucho años y era pública su adicción a las drogas, lo que le llevó a destruir todo lo que le rodeaba empezando por su matrimonio con la conocida ex vedette Bárbara Rey y, a consecuencia de esto, la ruptura total con sus hijos.
En la pista del circo era un fuera de serie. Conseguía doblegar bajo su látigo a toda clase de fieras, pero fuera, su vida era un auténtico desastre. Tuvo muchos años de gloria y su circo llegó a ser uno de los más prestigiosos. Eso le llevó a ganar mucho dinero: más de 300 personas trabajaban en él. Pero todo este gran montaje se fue derrumbando cuando empezaron, primero, sus problemas con el juego. Según palabras que la propia Bárbara dijo en alguna ocasión, "nos íbamos a jugar al casino y como allí no hablábamos, era el lugar perfecto para no discutir"
El problema no cesó ahí; pasó del juego a las drogas y como consecuencia, tuvo diferentes crisis matrimoniales. La situación era insostenible y llegó el divorcio, sin olvidar los malos tratos. Todo un desastre.
Hay que recordar las veces que se les pudo ver en diferentes programas de televisión contando con todo tipo de detalles las miserias de cada uno, sin ningún tipo de pudor. Ángel Cristo dijo verdaderas, y nunca mejor dicho, barbaridades de la madre de sus hijos, tachándola de manipuladora y mala madre, entre otras perlas. Verle daba pena: el deterioro físico saltaba a la vista y la falta de dinero confesada por él mismo era innegable. A consecuencia de todo esto sus hijos estaban muy unidos a su madre, aunque la procesión iba por dentro. Al menos eso es lo que ha comentado su hija Sofía muchas veces sabiendo perfectamente cómo era su padre. "Es muy triste saber que era una persona enferma y que no se dejaba aconsejar, ni cuidar".
En la madrugada del martes, el que fuera tantos años empresario circense llegaba al hospital de Alcorcón con una insuficiencia cardiaca muy grave y los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida.
Sus hijos, nada más conocer la noticia, se personaron en el centro hospitalario. Al poco tiempo llegó la que fuera su mujer y madre de sus hijos. Los tres estaban con la cara descompuesta y no quisieron hacer ningún tipo de declaración, pero su rostro lo decía todo. Ángel Cristo había fallecido.
Me comentan que Sofía y Ángel Junior están destrozados por la pérdida de su padre y que les hubiera gustado que las cosas no hubieran ocurrido de esta manera. No cabe duda que perder a un padre es terriblemente doloroso, pero yo me pregunto: ¿cuánto tiempo van a tardar en ir a uno o varios programas de televisión a rentabilizar todo lo ocurrido, y volver a hablar por enésima vez de esa terrorifica situación vivida que ya es historia? Mucho más digno y, ni qué decir, elegante mantener la boca cerrada, apartar los trapos sucios y las miserias y no airearlas previo pago.