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Los expertos piden no confiarse ante los pequeños respiros del volcán: "Esto no ha terminado"

El Instituto Geográfico Nacional asegura que este tipo de variaciones forman parte de lo "normal" e insiste en que esto puede durar meses.

Volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma | Europa Press

Por unas horas, los habitantes de La Palma confiaron en que el volcán de Cumbre Vieja hubiera iniciado la semana dispuesto a darles una tregua. Tras días de destrozos, la columna eruptiva dejaba este lunes de emitir lava, humo y cenizas. Sin embargo, ya desde el primer momento, los expertos preferían ser cautos.

"La finalización de una erupción tarda en confirmarse... Ojalá que se acabe, por el daño que ha hecho, pero hay que esperar", insistía a Libertad Digital David Calvo, portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan). "Estamos analizando los datos para ver qué significa esta pausa". Apenas dos horas después, todo quedaba en un espejismo. Una gran columna de humo negro precedía a una nueva expulsión de lava, que se abría paso para recordar que la erupción no había cesado.

"El volcán sigue su curso", confirma a LD Juan José Rueda, jefe de movimientos sísmicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Según el experto, lo sucedido demuestra que "esto no ha terminado", sino que únicamente hemos asistido a "una fase menos eruptiva", algo "normal" en un volcán de estas características.

"Un volcán no se comporta como un mecanismo de relojería. El material va encontrando dificultades, está sometido a más o menos presión… No tiene un comportamiento lineal", advierte casi molesto por las falsas esperanzas que muchos medios de comunicación han transmitido a los ciudadanos.

Más de 20 terremotos en Fuencaliente

De la misma forma, tampoco hay que alarmarse por los más de 20 terremotos que se han registrado en la zona de Fuencaliente. "No quiere decir que se vaya a abrir una nueva boca. No hay indicios", sentencia el ingeniero. De sus palabras se deduce un interés —casi convertido en súplica— por que transmitamos a la población el mensaje de que esto puede prolongarse en el tiempo y que, por tanto, hay que armarse de paciencia para no dejarnos llevar por mensajes categóricos.

"El volcán de 1946 tuvo una duración de meses haciendo fases de este tipo", advierte. En épocas remotas, puede que alguno durase menos, pero "los datos son contradictorios", por lo que hay que prepararse para afrontar los altibajos que vienen: "Fases más eruptivas y fases menos eruptivas".

¿Cuándo llegará la lava al mar?

También pide paciencia frente a quienes, como el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, proclaman que la lava llegará de forma "inminente" al mar: "Esto no es un autobús, que va a una velocidad determinada y que mediante una ecuación se puede saber cuándo llega. La lava va encontrando obstáculos, va cambiando su viscosidad, su velocidad… Entonces no se puede determinar la hora exacta a la que va a llegar, porque depende de la topografía y de multitud de parámetros".

Sea como fuere, en lo que sí se afanan los expertos es en advertir del fenómeno explosivo que se producirá cuando llegue ese momento. "El agua se convertirá en cristales que serán como proyectiles", aseguraba el propio Rueda a este periódico hace apenas unos días.

La lava se acerca al mar: "El agua se convertirá en cristales que serán como proyectiles"

De esta forma, el contacto entre el mar y la lava —cuya temperatura supera los 1.000 grados— no sólo provocará la emisión de gases altamente tóxicos para la población de la isla. Tantos los cristales, como las rocas cercanas pueden ocasionar serios daños. "Al generar esas explosiones, las rocas se pulverizan y se puede respirar fragmentos muy finos de partículas rocosas que pueden provocar daños en los pulmones", insistía también a LD David Calvo, portavoz de Involcan.

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