La llegada masiva de inmigrantes ilegales a las costas de Canarias ha provocado el colapso de las instalaciones públicas que estaban destinadas a la acogida de estas personas. La situación es sumamente complicada. De hecho, han llegado más de 10.000 inmigrantes al archipiélago en estos dos últimos meses, lo que ya supera la cifra de inmigrantes que llegaron en la conocida como crisis de los cayucos de 2006.
La reacción de las autoridades locales fue crear una pequeña instalación de emergencia en el puerto de Arguineguín, en Las Palmas, donde se llegaron a hacinar más de 800 inmigrantes en unas condiciones cuestionables. Pero tras la petición de ayuda del Gobierno canario, el Ministerio de Migraciones y el de Interior se pusieron a buscar un alojamiento en mejores condiciones antes de que se resuelva la situación administrativa de los recién llegados.
Fernando Grande Marlaska aceptó el ofrecimiento del Ministerio de Defensa de Margarita Robles para utilizar las instalaciones militares del Polvorín de Barranco Seco, un emplazamiento antiguo que llevaba varios años sin uso. No en vano, se lleva ya un par de semanas trabajando en el interior de las mismas para tratar de hacerlas aptas para su utilización. De forma paralela, se ha utilizado la logística militar para tratar de ampliar su capacidad y que entren más inmigrantes.
Es por ello que durante la últimas horas, efectivos de la Brigada Canarias XVI del Ejército de Tierra han levantado un campamento junto a los edificios del polvorín con 23 tiendas de campaña y 200 literas, según han confirmado fuentes militares. El objetivo final es que estas instalaciones puedan a acoger de la mejor forma posible a hasta 800 inmigrantes ilegales.