Las ansias expansionistas de Marruecos han dado este jueves un nuevo paso adelante. La Cámara de Representantes del país norteafricano ha aprobado por mayoría absoluta dos nuevas leyes en las que se fijan sus límites marítimos. Dos normativas que se han realizado sin negociar con los países de su entorno que se encuentran directamente afectados. Uno de los grandes perjudicados sería España, que ve cómo tratan de apropiarse de parte de las aguas que le corresponden en la actualidad.
Las leyes 37.17 y 38.17 aprobadas por la Cámara Baja marroquí, y cuyos textos ya habían tenido luz verde en la Comisión de Exteriores y Seguridad Nacional durante el pasado mes de diciembre, fija en las 12 millas náuticas (22 kilómetros) las aguas territoriales del país, delimita las 200 millas náuticas (370,4 kilómetros) de su Zona Económica Exclusiva (ZEE) e incorpora las 350 millas (648 kilómetros) de su Plataforma Continental.
La nueva demarcación marítima marroquí coincide aparentemente con lo establecido y permitido por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, si no fuera que esas delimitaciones sólo se pueden hacer tan alegremente cuando no entra en conflicto con ningún otro país, como es el caso en el que nos encontramos. Y es que afecta directamente a España, Argelia, Mauritania y el Sáhara Occidental, ocupado ilegalmente por Marruecos desde 1975.
Para estas situaciones, las Naciones Unidas dicen que los límites marítimos deben negociarse de manera bilateral entre los países que cuyas intereses colisionan y que, en caso de que no se llegue a un acuerdo, los países implicados pueden acudir Tribunal Internacional del Derecho del Mar de Hamburgo (Alemania) para resolver sus discrepancias. Pero en el caso de las nuevas leyes marroquíes no ha habido intención alguna de negociar con el resto de países implicados.
En lo que afecta a nuestro país, muchos de las islas e islotes españoles en la costa norte de África quedarían plenamente integrados en las primeras 12 millas de aguas territoriales. Y prácticamente todas las Islas Canarias quedarían encuadradas en la denominada Zona Económica Exclusiva definida ahora por el Gobierno de Marruecos. Algo que choca con los intereses económicos de España y que pone en entredicho la propia integridad territorial de la nación española.
Por si fuera poco, la expansión de la Plataforma Continental marroquí tiene un objetivo claro: poder apropiarse del monte Tropic, un antiguo volcán de casi 3.000 metros de altitud que se encuentra sumergido (a más de 4.000 metros) a unas 50 millas de la zona económica exclusiva española actual en la zona occidental de las Islas Canarias, y que se descubrió en 2016 que estaba recubierto de telurio y cobalto, dos de los metales más preciados para la fabricación tecnológica.
Ambos minerales son considerados como "materias primas estratégicas" de cara al futuro por la Unión Europea. Los estudios realizados dicen que ahí estaría el 10 por ciento de las reservas mundiales conocidas de telurio, que es vital para la fabricación de placas solares. También habría cobalto para fabricar hasta 275 millones de vehículos eléctricos, 54 veces el actual parque móvil de vehículos gasolina y diésel del planeta.
España solicitó hace cinco años a las Naciones Unidas la autorización para ampliar la plataforma continental canaria hasta las 350 millas, lo que dejaría el control de Tropic y otros volcanes menores bajo control exclusivo del Gobierno de Madrid. Parecida reclamación hizo poco después del Gobierno de Marruecos para quedarse también con este volcán. La ONU no ha resulto las peticiones hasta ahora y no se sabe cuándo tomará una decisión sobre el tema.