No estáis solos. Ha sido una de las frases más coreada en la rebelión cívica frente al proceso con ETA. Esas palabras nos emocionaban. Muchas de las víctimas que iban junto a mí en las manifestaciones me expresaban cómo les llegaba al corazón ver y sentir el apoyo de los españoles.
Hemos convocado concentraciones en las que se ha podido desplegar la pancarta porque éramos tres personas, de haber sido solo dos hubiera sido imposible por la medida de la pancarta. Hemos convocado concentraciones con respuestas masivas, que servían de estímulo para poder seguir haciendo frente al proceso con ETA pese a las adversidades.
Habíamos experimentado un apoyo y solidaridad que, siento decirlo, en gran parte fue ficticio. Y se ha demostrado con la convocatoria del 9 del 6 a las 6. Políticos, periodistas, ciudadanos que levantaron la bandera de apoyo a las víctimas del terrorismo frente al proceso con ETA y frente a las prebendas que recibían los presos etarras, hoy, con un cambio de Gobierno pero con una política de beneficios a los etarras aún menos exigente que la vía Nanclares de Rubalcaba, muchos han sido los que han dejado solas a las víctimas en pro de sus intereses espurios.
Yo no soy quien para echar en cara a nadie que, por intereses partidistas, comerciales o por su continuidad en el cargo, ignore e incluso boicotee o descalifique en esta ocasión la concentración de las víctimas del terrorismo que no están dispuestas a obrar de forma distinta a como lo hicimos con el Gobierno de Zapatero. Salimos a la calle contra la política antiterrorista y penitenciaria con los presos de ETA. No lo hicimos contra un Gobierno socialista, al margen de las diferentes ideas políticas que podamos tener cada uno, como es mi caso.
Esta vez voy a salir también por las mismas razones. La defensa de los asesinados por el terrorismo merece coherencia. Saldré por principios, por la justicia que merecen mi hermano Ángel y mis sobrinas Miriam y Esther, me manifestaré como un ciudadano libre contra del "Plan de reinserción de terroristas" del Gobierno.
Pese a la capacidad que tienen los dos grandes partidos y el control sobre la casi totalidad de los medios, no han conseguido engañar a todos con un plan para los presos etarras que esconde una cesión al proceso del pacto entre ETA y PSOE, y que para lo único que vale es para mantener la libertad vigilada a la que nos sometió ETA el pasado mes de octubre.
El domingo millones de españoles seguirán a 11 personas que representan a España detrás de un balón, para defender a nuestro país frente a otro. Se gritará con orgullo ¡soy español, español...! mientras sus cuerpos estarán rodeados por la bandera de España. Un día antes, el sábado, seremos menos los españoles que seguiremos velando por la memoria, dignidad y justicia de casi un millar de asesinados, en muchos casos por representar y defender a España. Nos llaman radicales, ultras, fachas, y cualquier tipo de descalificación por el mero hecho de ondear la bandera de nuestro país en memoria de los asesinados a causa del proyecto de ruptura de España impuesto por los terroristas.
Dicen que España es diferente, y creo que en estas cuestiones lo es, ya que es indiferente al sacrificio y dolor de sus compatriotas asesinados a manos de los terroristas, algo que no se concibe en otros países. Aquí, pesa más la prima de riesgo económica que la prima de riesgo moral, sin querer entender que esta última lleva a la primera.
El 9 del 6 a las 6 estaremos más solos que nunca, pero sé que quienes estén allí lo estarán por los principios y valores que siempre hemos defendido. Y es que, tristemente, tenemos una sociedad que se sigue mirando al bolsillo, porque un buen día dejó de mirar al corazón y a la razón.