Maribel Torbeck, desde las Montañas Rocosas, me pregunta cómo es que el idioma español es tan prolijo, necesita muchas palabras, frente a la máxima concisión del latín. Francamente, no tengo ni idea de por qué se ha producido ese hecho estructural en nuestra lengua común. Supongo que, con el tiempo, se ha ido extremando esa prolijidad inicial. Quizá se deba a la general hipocresía de la vida española, pero no me satisface esa razón. Espero que algún lingüista nos ayude.
David Olivares me hace otra pregunta de difícil contestación. ¿El español está más cercano al portugués o al italiano? No sabría decirlo. Me pega que el italiano nos resulta más cercano a los hispanoparlantes. Creo que todo es cuestión del número de vocales. Paradójicamente, el español se parece más (fonéticamente) al vascuence porque ambos tienen solo cinco vocales. El portugués tiene más vocales, por lo que a nosotros nos parece un idioma oscuro.
Hacía tiempo que no hablábamos aquí de las innovaciones del politiqués. Jesús Lainz apunta una nueva perla: las "líneas de inestabilidad" para lo que antes eran simplemente los "frentes" que traían lluvia. Añado que en los partes meteorológicos decían antes "nubes de evolución diurna". Ahora son "nubes de evolución", lo que hace más difícil entender de qué se trata.
Agustín Fuentes se queja de que algunas mujeres pronuncien la expresión malsonante y absurda de "estoy hasta los cojones". Francamente, no me parece que suene demasiado mal en el lenguaje corriente, más que nada porque no tiene que ver con los testículos. Es como esa otra frase tan expresiva de "poner los cojones sobre la mesa". Nadie se va a creer que sea literal. Más razón tiene don Agustín con la queja de una marca de cepillos, que dice en la publicidad que son "wauw de buenos". Se refieren a la voz americana "wow", que significa asombro en el lenguaje coloquial. Peor aún es decir en español "guau" para traducir "wow". Añade don Agustín que, el recuerdo de los tebeos, le dice que los perros norteamericanos no ladraban con "guau" sino con "arf". La verdad, nunca he visto que los perros norteamericanos aúllen como "arf".
Luis Cáceres me proporciona una valiosa información: la escritura china en ideogramas nació para unificar por escrito lo que era una confusión de muchas lenguas distintas. Al menos, con una escritura común, los mandarines podían entenderse.
Juan J. Carballal se maravilla de la moda del "bastante" para indicar "mucho o muy". En efecto, es así. Empezó como una moda juvenil y ahora cunde en todas las edades. Yo lo detecté en los cuestionarios de las encuestas hace ya bastantes años. Los entrevistados apenas contestaban "muy" y se quedaban en "bastante", pero ambas contestaciones presentaban el mismo perfil. Ignoro a qué se debe ese sutil cambio.
Alguna vez he dictaminado que en España sobran muchas Universidades, dada la escasa calidad que consiguen. Gerardo García recoge este juicio del rector de la Universidad de Valladolid: "Decir que sobran Universidades es antisocial". Don Gerardo apunta el dato de que actualmente existen en España 36 centros superiores de Ingeniería de Telecomunicación. Creo que con eso está dicho todo.