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José Antonio Martínez-Abarca

Corrupción total

El "caso Blanco", al lado de lo que ha perpetrado el resto del Gobierno saliente en siete años y medio, merece salir en "vidas ejemplares".

La corrupción en España está tan generalizada (sistémica, llaman) que yo creo que es de los pocos países del mundo donde los encargados de investigar la corrupción representan mayor corrupción que la de aquellos a los que denuncian. La fiscalía anticorrupción, por ejemplo, un organismo corrupto en sí mismo considerado, de modo que no se sabe si está ahí para perseguir o para aprender. En México aconsejan confiar todas tus pertenencias a los delincuentes antes de que te descubra la policía, pero en nuestro país habría que poner como modelo de ética institucional el despachar asuntos oficiales en gasolineras o en reuniones escandalosamente pagadas que nunca se celebran, pero a condición de evitar algo mucho más gravoso: que cierta ideología intrínsecamente putrefacta, arma de corrupción masiva, no se funda la economía del país cada vez que llega al Poder.

Mientras aquí nos entretenemos con "cosas pequeñas", que diría el presidente de Gobierno entrante, como por ejemplo si un ministro tiene amigos en la cárcel o no, la corrupción a gran escala que se hace con luz y taquígrafos (y hasta BOE) no merece ni dos líneas en la prensa. A nadie parece extrañarle que el Gobierno socialista, por poner, sostenga sectores "estratégicos" enteros mediante subvenciones pagaderas sólo a condición de que nadie vaya a trabajar.

La corrupción en España no es grave por las ilegalidades que se cometen, sino por las legalidades, infinitamente más pestilentes. Este país podría salir adelante, y hasta ganar algún premio internacional por aseo burocrático, si tuviera por ahí dos docenas de ministros Blanco echándose cocidos con "pezzi da novanta" lucenses o cuatro docenas de urdangarines ("un Gangarín", llamaban en mi pueblo al duque consorte) cobrando el "impuesto por desgaste de la Corona", como aquel ministro de Obras Públicas, un tal José Borrell, quiso cobrar un impuesto viario "por desgaste del firme". Pero lo que ocurre en este país no tendrá remedio mientras los que acaban de perder unas elecciones por minoría absolutísima, y mientras no les cortan el móvil y les ponen un guardia de seguridad para que no vayan a mear solos, se están puliendo lo último que queda en las arcas para que sus amigotes no pasen necesidad en la próxima legislatura. Así, Zapatero (que, como ya cuentan en un chiste, va a dejar a las niñas góticas en los pasillos de Moncloa para que se le aparezcan al próximo inquilino, como si fuese el hotel Overlook de El resplandor) deja bien apestillados a sus colegas de la "memoria histórica" untándoles con 5,7 millones de euros, que ahora mismo servirían para pagar el facturón de luz que van a dejarle "a la púa" a Mariano Rajoy.

El "caso Blanco", al lado de lo que ha perpetrado el resto del Gobierno saliente en siete años y medio, merece salir en "vidas ejemplares".  
 

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