El repugnante empeño del gobierno y el PSOE por hacer pasar el enésimo chantaje en forma de alto el fuego de ETA como si del final de la amenaza terrorista se tratara sigue adelante con la práctica y suicida condescendencia del principal partido de la oposición.
Por lo visto, al gobierno y al PSOE no les basta con elogiar la vomitiva carta en la que los presos de ETA arremeten contra los estados español y francés por "el conflicto que han impuesto a Euskalherria", exigen la "amnistía total", condicionan el alto el fuego de la banda a la consecución de los objetivos soberanistas por los que han practicado su "lucha armada", o celebran, tal y como ya hicieran a principios de año, la firma del Pacto de Guernica, pacto que impulsó la propia banda terrorista; ahora el PSOE, nacionalistas y buena parte de los medios de comunicación hacen también trampas respecto a lo que significa tanto el último comunicado de ETA como el anuncio de disolución de Ekin hechos públicos este fin de semana.
En el primero, la organización terrorista, tras reiterar que la "resolución del conflicto" pasa por que se atiendan sus inamovibles exigencias, lo único que hace es mostrarse dispuesta a colaborar con una "comisión internacional de verificación" cuya creación la propia ETA exigió con ocasión de su "alto el fuego" de enero. La "internacionalización de la resolución del conflicto" es una demanda que ETA viene haciendo desde hace décadas, pero si buena parte de la clase política y mediática española ha celebrado como algo positivo que ETA y sus presos se adhieran a un Pacto en torno a la autodeterminación y la amnistía como es el de Guernica, ¿cómo no va a esperar ETA que se vea también como un "gesto positivo" por su parte su adhesión a lo que ella misma viene reivindicado?
Con todo, más engañosa y cínica ha sido la buena acogida que el gobierno ha dispensado al "anuncio" de disolución de Ekin hecho por dos de sus integrantes en el Gara. Que ETA había decidido disolver Ekin era algo que ya sabíamos desde que en abril de este año lo hizo público la cadena SER, basándose en un informe de los servicios de información del Estado. Esa disolución ya mucho antes era previsible, no sólo por los golpes policiales que había sufrido por órdenes de jueces como Grande-Marlaska, sino también por el trabajo que los comisarios políticos de ETA estaban llevando a la hora de impulsar y tutelar el acuerdo político ya entonces existente entre la "izquierda abertzale" y Eusko Alkartasuna que, meses después, desembocaría en la creación de Bildu.
Fue precisamente el auto de encarcelamiento dictado por Grande Marlaska contra los seis miembros de Ekin detenidos a principios de año el que desveló que estos habían participado en varias "reuniones de coordinación" con Batasuna por "encargo de ETA", revelación que, junto a otros informes policiales, sirvieron posteriormente de base para la sentencia de ilegalización de Bildu.
Sin embargo, tras la bochornosa sentencia del Constitucional a favor de Bildu, y tras celebrar la propia ETA públicamente sus buenos resultados electorales –comunicado de julio de 2011- , ¿nos ha de parecer "buena" la noticia de la disolución de Ekin? No. Lo que nos parece es absolutamente lógica, como así se lo parece también a los dos miembros que la han anunciado y que, tras hacer un "balance positivo de su labor", han animado a sus miembros y seguidores a integrarse en lo que eufemísticamente llaman "la izquierda abertzale" y su "nueva estrategia".
A esto le llaman "paz" y a esto tendrá que enfrentarse o doblegarse el próximo gobierno del PP. Claro que esto lo dejo para el próximo artículo.