Julio Iglesias de Ussel (que de todo se entera) me envía el último cotilleo radiofónico. Por lo visto, el famoso periodista deportiva, José Manuel Díaz, ha sido expulsado de TVE y anda en tratos para entrar en la SER. El periodista comenta que "en 2010 hay más censura [en los medios] que hace 20 años". Como puede verse, el comentario es consonante con algunas de mis observaciones en mi último libro Memorias y desahogos. En todas partes cuecen habas.
Don Julio da una visión original de la huelga salvaje de los controladores como un "gigantesco espectáculo" de los medios (mejor sería decir "medianero" que "mediático", pero sigo). De ese modo se ha conseguido librar al Gobierno de posibles culpas ante el grave problema económico, que está sin resolver. Añado mi sorpresa ante un "estado de alarma" que se alarga sine die, a pesar de la "absoluta normalidad" en los aeropuertos. Me recuerda la cancioncilla infantil de "no hay novedad, señora baronesa".
José María Navia-Osorio propone una sencilla solución para el problema de los controladores. Bastaría con haber ampliado la plantilla, incluso con unos "auxiliares de vuelo" sin plaza fija. De esa forma se habría roto el actual monopolio. Añado que tampoco estaría mal romper el monopolio de AENA. Con varias empresas que administraran los aeropuertos (por lo mismo que hay varias compañías de autobuses) y con una plantilla abierta de controladores el problema estaría acabado. Ya lo dijo el clásico: "¿Quién controlará a los controladores?".
Eduardo Fungairiño se maravilla de que muchos catalanes hayan votado a Arturo Mas. Lo escribe don Eduardo porque de esa forma figura en la cuenta del paraíso fiscal de la que es beneficiario el muy honorable. Recuerda don Eduardo el grito argentino de "¡Honrado o ladrón, queremos a Perón!".
