De ser cierta la encuesta que ha publicado por entregas el periódico El Mundo esta semana, el Partido Popular arrasará en todas las elecciones que se celebren en breve en España. Hasta en Cataluña el PP tendrá un resultado estratosférico. A ver quién escribe ahora un artículo crítico con el PP; con lo rencorosos que son los políticos en la oposición, ni me imagino cómo deben serlo en el poder, y, menos aún, en el poder absoluto que parece espera al PP.
Si las previsiones se concretan, todo lo que ha hecho el PP en los dos últimos años se dará por bien empleado. Resultará que los que se fueron, como Pizarro o María San Gil, estaban equivocados y los que se quedaron, asumiendo en público todo aquello de lo que renegaban en privado, habrán acertado. Así son los partidos y la política. La gente no castiga ni la corrupción en o alrededor del PP, ni tampoco su calamitosa gestión de la misma, ni el mantenimiento en sus cargos de Camps, Ana Mato o Bárcenas. Tampoco tienen en cuenta la falta de opinión o las diez o doce opiniones diferentes que dentro del mismo partido se han dado sobre los estatutos de autonomía, el agua, la financiación autonómica, la inmigración o el aborto. La crisis y la voluntad de echar a Zapatero permitirán que Mariano vaya a ganar las elecciones, simplemente porque él y Soraya pasaban por allí. Por fin cumple su sueño, que no es ser presidente del Gobierno, sino ser presidente del Gobierno sin hacer nada.
Como les decía, según la encuesta el PP conseguirá en Cataluña el mejor resultado de la historia. De ser cierta la encuesta, Alicia Sánchez Camacho conseguirá mejores resultados –mucho mejores-–que Vidal-Quadras. Sánchez Camacho se presenta con la única intención de hacer presidente a Artur Mas y Vidal-Quadras se presentó con la única intención de molestar a Pujol. Pese a ello, el éxito del PP catalán será descomunal. Al PP no le afectarán ni Ciudadanos ni Rosa Díez ni que el voto útil pueda ir a CiU. Tampoco le afectará que su presidenta haya justificado con gran vehemencia una cosa y su contraria.
La encuesta es difícil de creer porque lo que podría justificarla, que es el voto contra Zapatero, no se refleja en ella. Los datos publicados dicen que el PSC de Montilla podría tener, incluso, un escaño más de los que tiene actualmente y que, en realidad, los que se llevan la torta son ERC y los ecosocialistas. Además existen otros indicios de que lo publicado no se ajusta mucho a la realidad, como que el PP debería ganar esos ocho diputados de más en Barcelona o Tarragona –porque en Lérida o en Gerona necesitarían varias glaciaciones para sacar más de un diputado–, y eso es muy difícil; que por mucha crisis que haya, esto es Cataluña.
Dice Luis del Pino, que es un tipo bondadoso –no es ironía, es verdad–, que ojalá en Cataluña PP, Ciudadanos y Rosa Díez sumaran muchos votos y muchos escaños en el Parlament. Siendo eso verdad, no podemos pasar por alto lo injusto que sería que los que recojan la herencia de Vidal-Quadras o de Daniel Sirera sean la señora Camacho y la familia Fernández.