Algunos lectores nos han escrito para trasladarnos su preocupación por las molestias que en esta época del año pueden ocasionar algunos insectos y arácnidos como las garrapatas o los escorpiones.
Tomar el sol en un parque, tumbado sobre el césped, o pasear por el campo o los pantanos puede ser el momento en el que recibamos la visita desagradable de uno de estos bichos. Llegado el verano, debemos tomar una serie de precauciones ya que es cuando estos animalitos nos atacan.
La picadura de una garrapata puede originarnos varias patologías, tales como la fiebre botonosa y la enfermedad de Lyme. Esta última ha tomado el nombre de un pequeño pueblo de Conneticut en los EEUU, donde hubo una gran invasión de garrapatas en 1975 y se originó esta patología, que adoptó el nombre de la localidad, Lyme.
En Europa, la garrapata más frecuente es la Ixodes Ricinus que nos transmite un microorganismo llamado Borrelia Burgdorferi. Este microorganismo origina una infección con eritema migratorio que se extiende hacia abajo y que debemos tratar con doxiciuclina y amoxicilina, para evitar complicaciones.
También es importante quitar la garrapata. Lo debemos hacer con éter y unas pinzas en sentido perpendicular procurando que no se quede la cabeza o alguna patita dentro y se complique el tratamiento. En España se ha encontrado una nueva especie de Borrelia que produce una patología neurológica, la garrapata que lo trasmite es de la familia Ornithodorus. Siempre debemos acudir al medico para evitar males mayores.
En cuanto a la picadura de Escorpiones, el más frecuente dentro de nuestras fronteras es del género Buthus, cuya picadura produce un dolor intenso con edema y eritema en el que debemos actuar inmediatamente ya que el dolor puede llevar a perder el conocimiento.
También en este caso es aconsejable llevar al enfermo a un centro hospitalario para tratar el veneno. Debido a la importación de escorpiones, principalmente de África, en España todavía se desconoce la composición del veneno de algunas de estas especies y por lo tanto es peligrosa su picadura, si no conocemos la especie que nos ha atacado.
Nuestro consejo es que evitemos mover o agarrar piedras con la mano en esta época del año, ya que su hábitat normal es permanecer debajo de las rocas para capturar algún insecto.